Una vez más, los antiguos historiadores romanos se avalan por la evidencia arqueológica, ya que el descubrimiento del Teatro de Nerón en Roma, se reseñó en las historias de Plinio el Viejo, Suetonio y Tácito.
El hallazgo se realizó durante las excavaciones en el Palacio della Rovere, cuando se percataron de dos estructuras arquitectónicas de estilo romano, que inconfundiblemente pertenecían a un teatro.
La primera de estas estructuras posee una planta de hemiciclo con entradas radiales, que por lo general es el lugar de las gradas del público.
En esta primera estructura también se observan columnas de mármol junto a yeso con decoraciones de pan de oro, que pudieron ser el fondo del escenario del teatro.
La segunda estructura es un edificio que servía para el servicio de las obras teatrales, donde se guardaron decorados o los vestuarios de los artistas.
Estos descubrimientos ofrecen una vista privilegiada de un período histórico, del que no se conocen mayores datos, permitiendo a los historiadores elaborar mejores estudios.