La aparición de la recién descubierta supercordillera Nuna, que se extendió por cerca de 8.000 kilómetros a lo largo de un supercontinente entero, podría haber sido, junto con la emergencia de la cadena montañosa Trasngondwana, determinante para la evolución de la vida primitiva en la Tierra hace más de 1.800 millones de años, de acuerdo a un reciente estudio conducido por científicos de la Universidad Nacional de Australia.
Según detallan los expertos, la aparición de las enormes cordilleras coincide con dos de los periodos más importantes en la historia de la evolución.
La primera de ellas, la supercordillera Nuna, emergió durante la formación del supercontinente Columbia, hace entre 2.000 y 1.800 millones de años, periodo en el que aparecieron los eucariontes, organismos celulares complejos que dieron lugar a las plantas y los animales.
Por su parte, Ziyi Zhu, coautora de la investigación, explica que la emergencia de la segunda de estas formaciones geológicas en Gondwana, la supermontaña Transgondwana, hace entre 650 y 500 millones de años, «coincide con la aparición de los primeros grandes animales hace 575 millones de años» así como «con la explosión cámbrica 45 millones de años después, cuando la mayoría de los grupos animales aparecieron en el registro fósil».
La aparición de los sistemas montañosos, sugieren los científicos, pudo haber aumentado sustancialmente los bajos niveles de oxígeno de la atmósfera primitiva.
Asimismo, la erosión de estos pudo haber liberado en los océanos elementos esenciales para la vida, como el fósforo o el hierro, «sobrealimentando los ciclos biológicos e impulsando la evolución hacia una mayor complejidad».
«No hay nada parecido a estas dos supermontañas en la actualidad. Si uno se imagina los 2.400 kilómetros de largo del Himalaya repetidos tres o cuatro veces, se hace una idea de la escala», apuntó Ziyi.
Durante el estudio, los académicos lograron determinar el origen de las supercordilleras al analizar muestras de circón con bajo contenido en lutecio, un mineral considerado como una tierra rara que solo se encuentra en las bases de altas montañas, donde se forman bajo una intensa presión a lo largo de millones de años.
«El registro de la formación de montañas a lo largo del tiempo[…] muestra estos dos enormes picos: uno está vinculado a la aparición de los animales y el otro a la aparición de grandes células complejas», comentó Jochen Brocks, coautor de la investigación, publicada recientemente en Earth and Planetary Science Letters.