Un equipo arqueológico ha desenterrado 59 granadas de piedra en un área de la Muralla China, que indica a todas luces que era un almacén de armas.
Estas bombas se utilizaban como defensa para los invasores, ya que son piedras huecas en las que se coloca pólvora, haciendo daño al golpear al enemigo y explotar la bomba.
En otros hallazgos se descubrió un muro con cara de caballo y una pared para trepar, desde donde los soldados disparaban flechas al enemigo. Además de esto, se encontró un fuerte de piedra en el que se colocaron cañones alguna vez.
Todos estos hallazgos son fruto del trabajo constante que se realiza en la Gran Muralla China, para conservar y resguardar estos espacios, que son Patrimonio de la Humanidad.