En la región de Beerseheba se ha descubierto una jarra hecha con un colmillo de marfil, logrando aprovecharse al máximo su forma, demostrando las conexiones entre esta zona de Medio Oriente y el ancestral Egipto, ya que se cree que pudo provenir de allí.
La importancia del hallazgo reside en el hecho de que es la primera vasija de marfil encontrada en Israel, perteneciente al período calcolítico.
La vasija mide unas 8 pulgadas y posee dos asas dispuestas alrededor de su cuerpo, y al momento de desenterrarla los arqueólogos se percataron de que había sido enterrada cuidadosamente, lo que indica que era un objeto importante.