Un grupo de investigadores de la Universidad de Medicina en Viena y la Universidad de Berna, han analizado los restos de varios gladiadores en el cementerio de Efeso, concluyendo que la dieta principal de los gladiadores eran cereales y granos, lo que les confería un gran peso corporal.
En la época en que los romanos acostumbraban distraerse con los gladiadores, existía la creencia de que alimentarse granos y cebada otorgaba un cuerpo fuerte al comensal.
El sobrepeso también confería ventajas al estar sometidos ambos gladiadores a una lucha a muerte, por ejemplo, la grasa corporal servía para proteger los nervios, venas y órganos sensibles, además de ofrecer mayor resistencia a la hora de los combates sangrientos.
Desde el siglo III a.C., se practicó la lucha de gladiadores en el imperio romano, pero durante el Principado con Augusto a la cabeza, este tipo de lucha adquirió mayor esplendor.
Aquí puedes acceder al estudio.