Bajo el mercado Sant Antoni de Barcelona, una intervención arqueológica ha revelado los restos del ramal costero de la Vía Augusta, pertenecientes al Alto Imperio. Además del camino pavimentado, se han descubierto huellas o roderas de carros romanos y demás elementos estructurales, como un sillar de piedra que podría haber servido como quicio de una puerta.
El Servei d’Arqueologia (Servicio de Arqueología de la Generalitat de Catalunya) ha informado sobre el buen estado de conservación en que se halla el descubrimiento, que muy probablemente se utilizó como vía sepulcral durante el Alto Imperio para acceder a los enterramientos que se localizaban a las afueras de la ciudad.
El descubrimiento es fruto de un arduo proyecto de excavaciones en la zona que han permitido documentar la actividad agrícola y residencial entre los siglos I y XIX. A finales del pasado año se descubrieron ya pequeños tramos de la vía documentados hacia el siglo I d.C. en las proximidades del mercado.
Pero además, a lo largo del camino se han localizado restos quemados de marfil decorado que podrían pertenecer a una cama funeraria. Estas camas se fabricaban con distintos materiales, algunos de ellos como el oro, la plata o el marfil, muy caros, sólo para los grupos pudientes de la sociedad. En muchas ocasiones, además de utilizar la cama como parte del transporte del cadáver durante las pompas fúnebres y velatorios, era incinerada junto al cuerpo del difunto.