Una excavación reciente en Polonia dio con el hallazgo de una tumba «revenant», anti vampiro, en la que dos niños fueron enterrados sin ataúdes en dirección hacia el oeste, pero uno de ellos tenía varias medidas de protección contra vampiros.
El niño en cuestión tenía la cabeza separada del cuerpo, se le habían colocado varias piedras sobre sus restos y la cabeza hacia el suelo, todos indicativos de que se deseaba evitar el regreso de este difunto convertido en un ser diabólico.
Este entierro del siglo XIII demuestra las supersticiones que creían las personas de la época, con numerosos hallazgos que dan cuenta de un terror real a los que volvían del otro mundo.