En el año 2015 en las cuevas de Ródano en Francia, se encontró el esqueleto de un neandertal, que traería varios años de arduos debates entre genetistas y arqueólogos quienes no se ponían de acuerdo en la datación de este espécimen, que se pensaba rondaba entre los 100 y los 50 mil años.
El problema se produjo por el hecho de que los restos óseos se hallaron en una capa de 40 a 45 mil años, por lo que los arqueólogos se decantaron por etiquetarlo como un neandertal tardío. No obstante, cuando se analizaron muestras de sus huesos y dientes, la sorpresa fue enorme ya que el estudio demostró que poseía mayores similitudes genéticas con los neandertales antiguos.
Un análisis en los isótopos de los huesos determinó que no había vivido hace más de 50 mil años, además de que el estudio estimó que Thorin vivió en un clima frío, otro indicio de su condición tardía.
Los investigadores encontraron similitudes entre Thorin y neandertales encontrados en Gibraltar, por lo que se ha especulado que los antecesores de Thorin viajaron desde allí hasta Francia y otras regiones cercanas.