La Independencia de México lograda el 27 de septiembre de 1821, comenzaría a tomar forma con la entrada de Agustín de Iturbide en la Ciudad de México al mando del Ejército Trigarante, la firma del Acta de Independencia y la firma de los Tratados de Córdoba.
No obstante, los españoles no solo ignorarían el acatamiento de los tratados firmados, sino que buscarían desde el mismo año de independencia hasta 1829, la reconquista española de México.
Primero desde Veracruz con el episodio de San Juan de Ulúa. Luego, con el constante miedo que sentía México de la isla de Cuba, ya que allí se asentaba buena parte del poder militar español, lo que significaba una amenaza a la independencia mexicana.
Finalmente, en 1829 y desde la isla de Cuba, los españoles lanzarían su expedición de reconquista del territorio mexicano, la cual acabaría sellando de manera definitiva la victoria de México como nación soberana e independiente.
El intento de San Juan de Ulúa en 1821
Al igual que en la mayor parte de América Latina, la declaración de la independencia como nueva entidad política-administrativa separada de España no significaba que los tiempos futuros serían de paz y fraternidad entre ambos bandos.
Por el contrario, una vez declarada la independencia de los territorios coloniales, la Corona Española buscaría retomar su influencia a través de las armas y así lo hizo saber en México desde San Juan de Ulúa en 1821.
En la localidad de Veracruz, los españoles que estuvieron al mando de Hernán Cortés, erigieron una fortaleza en una isla, la cual se conformaba de un castillo y un puerto.
Este recinto debía ser entregado por los españoles y el Gobernador de Veracruz al nuevo gobierno del Imperio Mexicano. No obstante, el día anterior a la entrega, el castillo San Juan de Ulúa se convirtió en el último bastión de los españoles en territorio mexicano.
Al principio, los españoles eran solo 200 hombres con todas las armas y pertrechos junto a una elevada cantidad de dinero. Sin embargo, desde la isla de Cuba se enviaron refuerzos y los primeros 200 se convirtieron en 2.000 guerreros, lo que para el naciente Imperio Mexicano, constituía un importante problema.
Tanto mexicanos como españoles sabían que una lucha armada sería desfavorable. Los mexicanos no contaban con una fuerza naval para hacer frente a la toma del castillo y por su parte, los españoles, aunque fortalecidos en el castillo, sabían que un intento de reconquista sería muy complicado, por lo que ambas facciones buscaron una salida diplomática que no llegaba a ningún acuerdo.
La vía diplomática sucumbiría cuando en 1823 y luego de varios inconvenientes, los españoles bombardearan el puerto de Veracruz haciendo ver al nuevo gobierno mexicano la importancia de poseer una flota naval que hiciera frente a esta amenaza. Primero se bloquearía a San Juan de Ulúa, pero en 1825, México compraría una escuadra que lograría vencer el último reducto español en el territorio mexicano.
El peligro de Cuba
La isla de Cuba era un importante lugar de abastecimiento y un punto estratégico militar importante para las aspiraciones españolas de reconquistar México. Esta importancia estratégica había sido reconocida por el gobierno mexicano, que buscaría independizar la isla de Cuba de la influencia española.
El 10 de febrero de 1828 se produciría la Batalla de Mariel, donde los mexicanos saldrían derrotados, dejando a la isla como un importante punto estratégico para la reconquista española de México.
Expedición de reconquista de México en 1829
La derrota mexicana en la batalla de Mariel hizo que los españoles se sintieran con las fuerzas suficientes para realizar un intento de reconquista de México desde la isla de Cuba con apoyo de militares de la metrópoli.
La flota naval española buscaba desembarcar en Veracruz pero les fue imposible debido a que la marea no les permitió el desembarco.
Por esta razón, el desembarco se realizó en las inmediaciones del puerto de Tampico, en cuyas adyacencias se libraron numerosos combates entre españoles y mexicanos dando como vencedores a las fuerzas mexicanas en la célebre Batalla de Tampico, logrando así que los españoles desistieran de los intentos por reconquistar el Virreinato de Nueva España y posteriormente, reconocer a México como una nación independiente.