Las fuertes nevadas en Roma han causado grandes daños a la ciudad, siendo el mismo Coliseo Romano el principal afectado, deteriorándose mucho más pese a que ya necesitaba urgentemente algunas reparaciones.

Asimismo, se han reportado colapsos parciales en los conventos de San Francisco y San Bernardino en Urbino, y el periódico La Repubblica ha informado que el techo de la Iglesia de los Capuchinos, fuera del centro de la ciudad, se ha derrumbado por completo. También ha sufrido daños por el agua el Duomo de la Catedral, del siglo XII.
Por otra parte, el techo de la Iglesia de la Santa Cruz en la cercana ciudad de Urbania se derrumbó, en tanto que una importante colección de pinturas, cortinas y globos terráqueos tuvieron que ser retirados del Palacio Ducal de la ciudad, por los temores de un colapso.
Las puertas de la Iglesia de la ciudad de Cagli, del siglo XIII, también han sido dañadas.
En Roma, se veía claramente caer fragmentos del Coliseo, que está en este momento, cerrado a los turistas. Sin embargo, los problemas del famoso anfiteatro romano, que se encuentra en el centro de una carretera muy transitada, no son nuevos pues está ennegrecido por la contaminación y ha ido perdiendo piezas durante años.
Está programada la restauración del Coliseo Romano para inicios del próximo mes, gracias a la financiación del multimillonario italiano Diego Della Valle.