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Los observatorios astronómicos mayas eran utilizados como templos

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En los tiempos que corren cuando nos nombran los observatorios astronómicos lo primero que nos viene a la cabeza es la imagen de una gran torre dotada de un potente telescopio y dedicada únicamente al estudio científico de los cuerpos celestes, algo muy distinto a lo que eran en la época prehispánica.

observatorio chichen itza

Anteriormente, un observatorio se utilizaba en la mayoría de los casos como templos o lugares de oración en los que a través del movimiento de los astros se expresaba la voluntad divina.

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Orlando Casares Contreras, especializado en arqueoastronomía y perteneciente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explica que la cultura maya utilizaba estas edificaciones en forma de pirámide para observar los movimientos del Sol, de la Luna y de Venus y que además de utilizarse para actividades políticas y religiosas identificaba cual era el momento propicio para cultivar los campos.

Del mismo modo, Jesús Galindo, arqueoastrónomo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que el desarrollo del calendario se debió a la observación de los frecuentes movimientos de los astros y a través de las marcas solares que realizaban los mayas, por medio de las cuales se contaban los días.

Las fechas 29 de abril y 13 de agosto dividían el año solar de 365 días en los dos periodos característicos del calendario mesoamericano. En ambos días los arqueoastrónomos han reconocido unas alineaciones de luces y sombras sobre los edificios, y aunque no ocurre ningún evento solar significativo, servían para administrar sus actividades.

Algunos de los edificios en los que se produce el fenómeno son el Templo superior de Los Jaguares del Gran Juego de Pelota de Chichén Itzá, en la ventana central del Caracol (Observatorio), en la misma ciudad maya de Yucatán; y el Edificio de los Cinco Pisos, de Edzná, en Campeche; y externamente al área maya, la Pirámide del Sol, en Teotihuacan, Estado de México.

A los observatorios también se recurría para rendir culto a los dioses y con ese fin se efectuaron construcciones que se acomodaban a los movimientos de ciertos cuerpos celestes, de ese modo armonizaban la obra humana con el universo. Como ejemplo de ello se encuentra el templo monolítico de Malinalco, situado en el Estado de México, en el cual durante el solsticio de invierno los rayos solares que en el penetran iluminan la cabeza de un águila situada en el centro del santuario.

También se han encontrado observatorios horizonte en los cuales si el observador se sitúa en una posición indicada por algún elemento, se observa un elemento celeste en el centro del monumento. Del mismo modo se señala Venus, como Estrella de la Mañana, a través de un eje de simetría con el Palacio del Gobernador en Uxmal (Yucatán), que fue construido por los sacerdotes mesoamericanos.

Otro tipo de observatorios son los cenitales, los cuales muestran por medio de los rayos que penetran en ellos la llegada del Sol a su cenit, punto más alto en el cielo en relación con el observador.

La persona elegida como gobernante se mostraba como intermediaria entre los dioses y el pueblo por ello los palacios en los que habitaban muestran una doble función, eran tanto su vivienda como observatorios celestiales.

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