Se ha demostrado que la población que habitaba en Europa durante la Edad de Hielo, hace 15.000 años, podrían haber estado utilizando palabras comunes como yo, tu, nosotros, el hombre y corteza, según una reciente investigación de la Universidad de Reading.
Marcos Pagel, profesor de Biología Evolutiva y su equipo mediante modelos estadísticos han demostrado que ciertas palabras han sido intercambiadas durante largos periodos de tiempo. Estas palabras indican la existencia de un árbol lingüístico que relaciona siete formas lingüísticas de Eurasia (indoeuropea, Urales, altaica, Kartvelian, drávidas, Chuckchee-Kamchatka y esquimal-aleutianos).
Anteriormente, lingüistas se han basado en el estudio de la pronunciación común entre palabras de diferentes idiomas para identificar aquellas que pueden derivar de los antepasados, es el caso de “patter” en latín o “father” en inglés, pero esta similitud puede ser accidental y no tener nada que ver con el objetivo que quieren encontrar.
Para solucionar este problema se mostraron un subconjunto de palabras utilizadas habitualmente en el habla cotidiana las cuales son las más propicias a conservarse a lo largo del tiempo. Se ha descubierto de esta manera pronombres, números y adverbios los cuales son reemplazados más lentamente y suelen mantener una vida media de 10.000 años o más.
Las investigaciones del profesor Pagel han contribuido a conocer cómo han evolucionado nuestras 7.000 lenguas aún vivas. En la investigación se ha documentado cómo algunas de las palabras permanecen vivas y otras se vuelven obsoletas con el paso del tiempo, mediante el uso de estimaciones estadísticas de las tasas de sustitución léxica.