La cascada de Marmore con sus 1.165 metros de altura, no es una maravilla natural como podría pensarse a primera vista, por el contrario, es una muestra más de las grandes hazañas en el campo de la ingeniería, desarrollada por los antiguos romanos.
Todo comenzó cuando en el año 271 a.C., los romanos crearon un sistema hidráulico con la cascada artificial, ya que en la localidad de Rieti el río Velino era una amenaza constante que podía destruir la ciudad.
Para ello, decidieron crear la cascada artificial más grande de Europa, aunque el trabajo hecho en el río Velino terminó afectando a la ciudad de Termi, ya que las aguas del Velino se combinaban con las del Nera.
Desde aquel entonces hasta el siglo XVIII, los pobladores sufrieron numerosos problemas por el agua, hasta que el Papa Pio VI en 1787, decidió tomar el toro por los cuernos y mandó al arquitecto Andrea Vici para construir una solución.
Vici alteró el canal de agua dándole el aspecto elevado que posee hoy, aunque es el siglo XVIII en que la cascada adquiere el aspecto definitivo que le caracteriza actualmente.
En la actualidad, las cataratas de Marmore son una atracción turística importante que atrae a miles de turistas al año, siendo la mejor época del año para visitarla el verano.