La antigua ciudad maya de Kulubá en Yucatán ha sido el epicentro de trabajos arqueológicos del INAH, donde cerraron la temporada de exploración con un importante hallazgo, que se trata de 16 cuchillos para sacrificios humanos y una piedra que fungía de altar.
De los 16 cuchillos hallados 3 se hicieron de pedernal mientras que los otros 13 eran de obsidiana.
La obsidiana se trajo de otras regiones, como el centro de México o la actual Guatemala. Yucatán se encuentra al sur del territorio mexicano.
Tanto la piedra como los 16 cuchillos se colocaron como una ofrenda ritual, es decir, ninguno de los cuchillos se utilizó para sacrificar a nadie.
Los sacrificios humanos de prisioneros de guerra, voluntarios o niños, eran comunes en esta zona de América en el período prehispánico con la finalidad de aplacar la furia de los dioses, a su vez que mantener el equilibrio cósmico.
Por su parte, los encargados de realizar estos sacrificios eran personas de un alto conocimiento anatómico, tanto humano como animal, por lo que sabían cómo y dónde cortar además de conocer el tiempo que podía tomar a un sacrificado morir.