El padre del Sacro Imperio Romano Germánico, Otón I murió en el Palatinado de Memleben en Alemania, lugar del que recientemente se hallaron pruebas arqueológicas, que dan cuenta del lugar en el que falleció el primer emperador germánico, además de un edificio donde se resguardó su corazón.
Las excavaciones se enfocaron en las adyacencias de un edificio anterior a la iglesia monumental erigida por su hijo, Otón II, donde se encontró un imponente edificio de piedra en el que según una fuente del siglo XVI, se resguardó el corazón de Otón I.
El edificio se encontró bajo el ábside norte de la iglesia con una orientación de este a oeste, con 9,2 metros de longitud, fosos de mampostería y una abertura de más de cinco metros al oeste; el descubrimiento tiene gran relevancia.
Uno de los hallazgos inesperados fue cuando se encontraron restos de un incendio en los cimientos, que los expertos interpretan como una quema selectiva cuando se demolió el edificio, en el siglo XIV.