La etapa centralista de México llegaría a su fin con el advenimiento del presidente interino, José Mariano Salas, quien restauró la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824, la cual, había sido sustituida por otra de corte centralista. La Segunda República Federal de México, comenzaría el 22 de agosto de 1846.
Desde la época de la Primera República Federal mexicana, la situación política en suelo mexicano era muy convulsa, con numerosas facciones conspirando para tomar el poder.
La vigorosidad con que se discutían los asuntos políticos, entre otras situaciones, habían continuado sucediendo, con la dificultad que para el año 1846, los Estados Unidos de América estaban en guerra con los Estados Unidos Mexicanos.
La instauración de la Segunda República Federal sucede cuando en julio de 1846, Manuel Paredes hace un levantamiento contra el presidente interino José Joaquín de Herrera, y es nombrado presidente interino.
Para agosto, cuando Nicolás Bravo ejercía las funciones de presidente ya que Paredes se encontraba en combate, se produce otro levantamiento militar del bando federalista, que obliga a Bravo a renunciar, siendo nombrado presidente José Mariano Salas y el vicepresidente Valentín Gómez Farías.
Durante el período de la Segunda República Federal continuarían los problemas políticos y la inestabilidad, siendo frecuentes las rebeliones y levantamientos. Uno de estos levantamientos vendría de parte del clero, ya que los fueros eclesiásticos habían sido atacados y abolidos por la ley, lo que ocasionó que la iglesia se levantara contra el gobierno.
La guerra contra los Estados Unidos de América en 1846, no sería el único conflicto armado importante en la región y para 1857 estallaría la “Guerra de Reforma” que no acabaría hasta 1860.
La ley Juárez, que permitía a militares y sacerdotes que hayan causado algún delito ser juzgados en tribunales civiles, o la Ley Lerdo, que obligaba a la iglesia vender parte de sus propiedades, perdiendo también sus tierras los pueblos indígenas, quienes debieron venderlas a los latifundistas, fueron algunos motivos que la causaron.
La Constitución de 1857, de un corte liberal muy alto, trajo la resistencia de numerosos grupos de poder, quienes conspiraron para evitar la instauración de ésta Constitución, siendo el clero uno de los más interesados en evitar que tuviese vigencia.
Para defender la Constitución y acabar con una tensión entre liberales y conservadores, ambos grupos se fueron a la Guerra de los Tres Años (Guerra de Reforma), entre 1857 a 1860, teniendo como consecuencia la destrucción de la economía y que los Estados Unidos Mexicanos aplazaran en el pago de la deuda internacional que contraía con Francia, Inglaterra y España, siendo Francia la que tomaría la iniciativa en realizar una acción militar contra los Estados Unidos Mexicanos.
Cuando estalla esta nueva contienda internacional, los Estados Unidos de México cambiarían nuevamente su forma de gobierno a una monarquía constitucional debido a la intromisión de la corona francesa, que durante el gobierno del Emperador Napoleón III, colocaría en México un miembro de la familia real Habsburgo, quien tomaría el nombre de Maximiliano I.
Con la creación del Segundo Imperio Mexicano en 1864, termina la Segunda República Federal de México.