Casi hemos llegado al cien aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, pero aún hay detalles poco conocidos o incluso secretos. Una comisión creada por el gobierno escocés ha hecho públicos recientemente los resultados de una investigación centrada en la defensa de la región durante este conflicto.
La auditoría, porque ese es el término usado por el gobierno escocés, ha identificado cerca de 900 edificios y lugares. Si bien muchos ya eran conocidos, la comisión ha hallado construcciones tan diversas como 30 estaciones de aterrizaje y despegue que no aparecían en los registros (muchas de ellas para hidroaviones). Otros hallazgos incluyen hospitales, barracones, 350 centros para el entrenamiento de voluntarios (de los cuales 189 siguen en pie) y una extensa serie de trincheras y fortificaciones que rodeaba Edimburgo y otras partes de la costa oriental de Escocia. Está claro que el gobierno británico de la época tomaba muy en serio la amenaza de una invasión por mar.
Fiona Hyslop, Secretaria de Cultura y Exteriores, considera que la auditoría está realizando un trabajo importante para Escocia. “Nuestra herencia de la Primera Guerra Mundial es una parte de vital de nuestra historia y clave para educarnos acerca del papel de Escocia en el conflicto”, ha declarado. También ha destacado lo significativo de este trabajo en el centenario de la guerra.
La comisión, denominada RCAHMS por sus siglas en inglés, ha hecho disponibles los frutos de su investigación en su página web; eso sí, en forma de base de datos. Para el lector medio probablemente tenga mayor interés el informe sobre los hallazgos publicado por el gobierno escocés.
Gordon Barclay, el autor de la auditoría para RCAHMS, ha destacado que gracias a ésta se ha triplicado el número de sitios asociados a la contribución de Escocia a la Primera Guerra Mundial, ya fuesen civiles o militares. Asegura también que aún quedan sitios por identificar.
Allan Kilpatrick, otro miembro de RCAHMS, ha señalado el hecho de que Escocia constituyese parte del frente durante la guerra. “Saint Kilda fue bombardeado por un U-boat alemán y Edimburgo por un zepelín. Las bases navales de Forth, Cromarty y Scapa Flow eran esenciales para proteger la Armada británica y el tráfico naval. Grandes partes del paisaje fueron transformadas por estructuras diseñadas para repeler cualquier invasión o ataque, y es destacable cuántos restos de la Primera Guerra Mundial todavía hoy se pueden ver”. Finalmente, ha mostrado su satisfacción por tener todos registros disponibles online y en un solo sitio, al facilitar en gran medida su estudio.