Cuando parecía que no podría encontrarse nada nuevo sobre la misteriosa poetisa griega del siglo VII a. C, una serie de expertos han analizado dos nuevas obras hasta ahora desconocidas que arrojan luz sobre la técnica y el estilo literario de la poetisa Safo de Lesbos. Tal fue la sorpresa del papirólogo y experto en estudios clásicos de Oxford, el doctor Dirk Obbinick, cuando un coleccionista le entregó un fragmento de papiro con textos en griego para analizarlos.
A pesar de las pocas obras que se conocen de Safo de Lesbos (tan solo un poema completo y cuatro fragmentos hasta el 2004), este gran descubrimiento ha resultado ser uno de los mejores conservados de los que hasta ahora conocemos, además de estar completo, salvo unas pocas palabras omitidas de fácil interpretación. Un hallazgo genuino, que ayuda a completar la desdibujada línea histórica y literaria de la poetisa de Lesbos, dando esperanza a los investigadores de encontrar nuevas obras en el futuro.
El doctor Albert Henrich, profesor en Harvard y compañero de Obbinick, ha participado en el análisis del papiro que se publicará en una revista especializada y que cuenta con una versión online. «Lo nuevo de Safo te deja sin respiración», ha comentado el profesor, admirado, «Es el papiro de Safo mejor conservado hasta la fecha […] Su contenido es del mismo modo excitante».
Lo más interesante del poema son las alusiones que hace la poetisa a Charaxos y Larichos, según las fuentes griegas, hermanos de la poetisa, aunque como afirma Henrich este es un debate aún abierto. Según Herodoto, Charaxos era un comerciante y explorador que viajó a Egipto, donde compró la libertad de una esclava de la que se enamoró. Según relata, Safo se burló de su hermano a su regreso y tachó de pantomima de enamorados el acto de su hermano.
Aunque en el poema no hay ninguna burla, la voz narradora (posiblemente la de Safo), alude al viaje de su hermano en un diálogo y sugiere recurrir a un sacerdote de Hera para que reúna las fuerzas de los dioses en favor del éxito de la empresa de Charaxos. En las líneas finales del poema, Safo menciona al que podría ser su hermano pequeño, Larichos.
Seguido del poema de los Hermanos, un segundo texto separado por una línea horizontal en el papiro se presenta como una plegaria a Afrodita, tema muy recurrente en las escasas producciones de Safo con las que contamos. El poema, en forma de petición, recurre a la diosa del amor para pedir ayuda en la búsqueda de un amante.
Ambos poemas siguen una métrica semejante, muy propia del estilo de Safo, la estancia sáfica, que conserva su nombre en la actualidad. Está escrito en dialecto eólico, que se hablaba en las colonias griegas de Asia Menor y en la isla de Lesbos, a diferencia del Ático que se extendió en la península y terminó por convertirse en el sistema lingüístico estándar. Sin embargo, otro aspecto genuino del texto es que contiene anotaciones para orientar a los lectores no familiarizados con el dialecto de cómo deben pronunciarse las palabras.
Obbinick ha fechado el papiro en torno a los siglos II y III d. C, casi un milenio después del primer texto de la poetisa y es uno de los pocos ejemplos de literatura en eólico, ya que la estandarización del lenguaje hizo que muchos de estos dialectos cayeran en desuso. Es posible que el papiro provenga de Egipto, en concreto de la ciudad de Oxirrinco, donde se han encontrado cientos de pergaminos de papiro con escritos en eólico y demás variantes dialectales.
Sin duda, el descubrimiento resulta ser un acontecimiento de gran importancia para los historiadores y filólogos, que esperan próximos descubrimientos que permitan estudiar al personaje literario y su obra. No debemos subestimar el valor de las fuentes literarias antiguas, ni presuponer que todo está ya descubierto, y noticias de este tipo continúan recordándonoslo.