Zoológicos humanos: los «bárbaros» del Zoo de París

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Marcelo Ferrando Castro
Después de estudiar Historia en la Universidad y tras muchas pruebas previas, nació Red Historia, un proyecto que surgió como medio de divulgación en donde encontrar las noticias más importantes de arqueología, historia y humanidades, además de artículos de interés, curiosidades y mucho más. En definitiva, un punto de encuentro para todos en donde poder compartir información y continuar aprendiendo.

Inaugurado por Napoleón III en 1860, el Jardín de Aclimatación de París es presentado como un centro de entretenimiento, en el que los visitantes disfrutarían de un enorme zoológico de 19 hectáreas.

indigenas americanos en paris
Indígenas americanos en exposición en París

21 años más tarde, los parisinos gente culta, moderna y civilizada, asistieron borrachos de curiosidad a la exhibición de familias enteras de origen amerindio. Los cuales se mostraban cómo caníbales, y a los que para enfatizar su barbarie se les lanzaba carne cruda, que éstos debido a las inhumanas condiciones en las que “vivían” devoraban a deleite de los presentes.

11 personas fueron raptadas de las costas chilenas, entre las que se encontraban varios niños y niñas. Fueron sometidos a diversas pruebas y estudios, los cuales llegaron a medir el tamaño de sus genitales. Aquella gente no podía comprender nada de lo que ocurría a su alrededor ya que no entendían ni una sola palabra de sus captores.

No se les proporcionó ningún medio de higiene y fueron tratados peor que a animales, les disfrazaban con plumas y proporcionaban arcos y pipas para una mejor puesta en escena. El Show a cargo de un mercader alemán recorrió algunas de las principales ciudades de Europa tales como: París, Berlín, Múnich y Stuttgart, finalizando en Zúrich.

Fueron muriendo poco a poco por los zoológicos en los que eran expuestos, y tras una larga agonía cinco miembros más de la familia fallecieron en la última ciudad, lo cual creó cierta indignación en algunos colectivos, produciéndose el retorno de los últimos cuatro supervivientes.

Estos hechos no acabaron en el momento que los indígenas fueron devueltos a su tierra, se produjeron posteriores envíos de nativos para su exposición en el jardín de aclimatación, continuando así la denigrante vida e inevitable muerte. Lo más amargo de todo ello era que contaban con el consentimiento del gobierno chileno.

La historia se popularizó tras la publicación del libro “Zoos humains”, fruto de la investigación de varios historiadores franceses. Recientemente un grupo de investigadores argentinos y chilenos halló los cinco cuerpos en la universidad de Zúrich, los cuales fueron repatriados y tras el rito nativo se enterraron para su descanso definitivo.

España no se queda ajena a aquella moda. El parque de El Retiro de Madrid albergó una exposición de filipinos salvajes y gentes de varias razas. Los alojaron junto a la casa de las fieras, pero a diferencia de los recintos del resto de Europa en Madrid fueron tratados algo mejor e incluso visitaron el Palacio Real donde los recibieron la regente María Cristina y la infanta Isabel. Murieron cuatro de los 46 filipinos, motivo por el que fueron devueltos a su lugar de origen.

El horror que nos produce en la actualidad éste tipo de situaciones contrasta con el placer que producía al ser humano visitar estos ZOOS en el siglo pasado. Una sociedad supuestamente civilizada, que enjaulaba familias para lanzarles comida y llevar a los niños eufóricos a ver Salvajes.

Twitter: @Anguloylafuente

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