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La familia Borgia, que alcanzó las grandes alturas del poder con los Papas Calixto III y luego con Alejandro VI, ha sido objeto desde los días en que gobernaban de múltiples rumores, teorías y escándalos, los cuales, como todos los rumores, no siempre reflejan la veracidad de los hechos.
Lucrecia Borgia, la hija del Papa Alejandro VI y hermana del inigualable Cesar Borgia, ha sido una figura donde el mito y la realidad no quedan en una delimitación muy clara.
Sin embargo, lo que si queda claro es que cuando se acumula mucho poder, las personas alrededor del poderoso comentan, rumorean, otros escriben y muchas veces son estos comentarios o teorías desligadas de la realidad, los que se legan a la posteridad escribiendo la historia.
Primeros años de Lucrecia Borgia
El día 18 de abril de 1480 nació Lucrecia Borgia, hija del entonces Cardenal Rodrigo Borgia y su amante Vanozza Catanei, siendo la tercera de los cuatro hijos de esta unión, teniendo a Juan y Cesar como hermanos mayores y a Jofré Borgia como hermano menor.
Sus primeros seis años transcurrieron en un palacio en Roma que su padre había obsequiado a su madre, donde sería muy consentida por ambos. En estos primeros años aprendió a hablar tanto español como italiano y su padrastro, el esposo de su madre que era un hombre humanista, también ayudó a su formación en estas primeras épocas.
En 1486, su padre Rodrigo Borgia decidió enviarla junto con su hermano Cesar a recibir su educación junto a una prima lejana de la familia paterna llamada Adriana de Milá.
Aquí fue donde Lucrecia aprendió sobre arte, literatura y música, entre otros conocimientos propios de su clase y alcurnia, conocimientos que serían una base para su vida adulta a la par de las maquinaciones e intrigas de la corte, las cuales también ayudaron a su formación.
Primer matrimonio de Lucrecia Borgia
Cuando su padre Rodrigo Borgia llega a convertirse en Papa en 1492, Lucrecia Borgia comienza a ser deseada por numerosos pretendientes que buscaban acercar sus riquezas y familias a las del nuevo pontífice.
En este sentido, se decidió que se casaría con un miembro de la familia Sforza, ya que esto ayudaría a los Borgia a tener un aliado poderoso en esta familia. En junio de 1493, Lucrecia Borgia se casaría con Giovanni Sforza, convirtiéndose así en la Duquesa de Pesaro.
Durante este período sucedería algo que se repetiría en su tercer matrimonio y es que Lucrecia Borgia sería siempre querida y apreciada por sus súbditos, algo alejado del prototipo del mal que durante mucho tiempo la acompañó.
Es posible que la joven Lucrecia no se sintiera cómoda con su esposo, ya que en varios documentos epistolares entre ella y su padre, éste la acusa de su poca correspondencia, un posible indicio de esta especulación.
No obstante, si se llevaban bien o no, en 1494 cuando los Sforza se alían con el rey de Francia en perjuicio del Papa y la familia de Lucrecia, la familia Borgia al parecer, tramó su muerte y revocó su matrimonio.
El matrimonio se revocó debido a que se afirmó que Giovanni era impotente y no había sido consumado el matrimonio.
El poder papal de su padre le permitió que fuese considerada soltera otra vez, pero en esta época, surgiría otro episodio que alimentaria los rumores, teorías y leyendas oscuras.
Al ser recluida en un convento y solo tener contacto con el exterior por medio de un mensajero, Lucrecia Borgia quedaría embarazada y daría a luz a un niño llamado Giovanni en 1498.
Segundo matrimonio de Lucrecia Borgia
En 1501 se daría la unión entre Lucrecia Borgia y Alfonso de Aragón, quien era hijo del rey de Nápoles, lo que significaba una importante alianza entre el papado y el reino napolitano.
De este matrimonio nacería un hijo llamado Rodrigo de Aragón. Al parecer, Lucrecia se llevaba bien con su marido y lo prueba el hecho de que cuando Alfonso dejó de ser importante para los Borgia y sufrió aquel atentado en la Plaza de San Pedro, Lucrecia Borgia lo sanó personalmente y cuidaba de su comida para evitar que fuese envenenado.
A pesar de estos cuidados, Alfonso moriría siendo asfixiado, supuestamente por los hombres de Cesar Borgia, rompiendo el corazón de Lucrecia y haciendo que se encerrase en un castillo en Nepi, para pasar su luto.
Tercer matrimonio de Lucrecia Borgia
Luego de la muerte de su segundo esposo, los comentarios sobre Lucrecia Borgia sobre una posible relación incestuosa entre ella y su hermano e incluso su padre, comenzaron a hacerse más fuertes.
Esto sucedió en el tiempo en que la inteligencia de Lucrecia le permitió acceder a la administración de la Iglesia Católica por intermedio de su padre, lo que se veía muy mal tanto por su juventud como por su condición de mujer.
Por esta razón, cuando la familia Borgia buscaba unir a Lucrecia por tercera vez en matrimonio con Alfonso d´Este duque de Ferrara, la familia de él se negó rotundamente ya que los escándalos de su vida licenciosa y la fama de esta familia jugaban en contra para la unión.
No obstante, pudo más el poder y el dinero de los Borgia y la pareja se casó en 1502.
Ferrara sería el lugar donde viviría más tiempo, donde se desempeñaría como mecenas del arte y una hábil mujer de Estado. Sería en estas tierras donde daría a luz al ansiado hijo y heredero de Alfonso en 1508 y donde sus súbditos la querrían y respetarían, considerándola la madre del pueblo.
El genio de Estado que poseía Lucrecia Borgia pudo constatarse cuando ejercía la administración del Vaticano en los tiempos en que su padre fungía como Papa.
No obstante, este mismo genio sería visto por su esposo Alfonso d´Este, quien cada vez que partía de Ferrara dejaba al mando a su mujer.
Entre los años 1510 a 1511, la invasión de las huestes papales a Ferrara hicieron que se viera a Lucrecia Borgia apoyando a su marido y animando a las tropas, quienes vencerían y expulsarían a los invasores.
Sus últimos años transcurrieron en la meditación espiritual, teniendo su último embarazo en 1519 y donde sufriría mucho la venida al mundo de su última hija Isabel.
En estas fechas, Lucrecia Borgia envió una carta al Papa León X donde mostraba su creencia en Dios y la fe católica, pidiendo al Pontífice por la salvación de su alma.
Lucrecia Borgia moriría el 24 de junio de 1519, siendo llorada por sus súbditos, por su esposo y quienes la rodeaban. Fue enterrada en Ferrara junto a su hija Isabel quien moriría dos años después de ella.
