Los grandes imperios fueron presididos en muchas ocasiones, por grandes hombres, tal como sucedió con el imperio francés de inicios del siglo XIX.
Cuando un general de Córcega llamado Napoleón Bonaparte, se convertía en ídolo militar de Francia, el Directorio decidió entregarle una valiosa misión, la de comandar a las tropas francesas a la campaña de Egipto y Siria.
Esta campaña poseía grandes objetivos estratégicos dentro del movimiento geopolítico europeo, donde las dos superpotencias de la época, Francia y Gran Bretaña, se enfrascaron en un conflicto bélico donde los primeros buscaron ahogar los suministros de los segundos.
Contexto histórico de la campaña a Oriente de Napoleón Bonaparte
Para comprender por qué Napoleón se dirigió a luchar en Egipto y Siria, es importante primero señalar que desde el año 1792, los franceses se habían batido en diferentes batallas contra los austríacos, a quienes vencieron finalmente en 1797, cuando Napoleón Bonaparte les obliga a firmar la paz en el Tratado de Campo Fornio, donde Francia adquiere el norte de Italia, Países Bajos y el Rin, además de dividir Venecia entre austríacos y franceses.
Este tratado demostraba a todos la superioridad de Francia, quedando solo Gran Bretaña como única potencia que podía hacer frente a las pretensiones de los franceses de llevar la revolución antimonárquica por toda Europa.
El gran artífice de la victoria contra los austríacos en Italia no sería otro que Napoleón Bonaparte, que luego de convertirse en el vencedor, sería elevado a ídolo del pueblo, además de un personaje poderoso y peligroso para quienes quisieran mantenerse en el poder.
¿Cómo enfrentarse a Gran Bretaña? Napoleón Bonaparte tenía la respuesta
Al finalizar la campaña en Italia donde se encumbraría del amor de las masas gracias a sus éxitos en el campo de batalla, Napoleón Bonaparte se había convertido en uno de los líderes militares más importantes de Francia y uno de los generales franceses que buscaba la mejor forma de debilitar a los británicos.
Corría el año 1798 cuando Napoleón y los generales debatían sobre el futuro bélico de Europa. La idea principal parecía ser la invasión a Gran Bretaña, directa y frontal sobre su complicado territorio.
Las diversas dificultades que debía enfrentar el ejército francés en una incursión militar contra los británicos, hacían dudar a algunos del paso de la invasión, por lo que Napoleón Bonaparte ofrecería una idea diferente que lo llevaría a antiguos territorios, donde realizaría campañas militares en las que emularía a grandes personajes de la historia como Alejandro Magno.
Napoleón decía que la mejor forma de ahogar al imperio británico sería quitarle sus suministros provenientes de Asia, cerrándoles el paso por Egipto y Siria, para luego tomar camino a la India y tomar estos territorios bajo la protección de Francia.
Por este motivo, el 12 de abril de 1798, Napoleón Bonaparte es nombrado Comandante para realizar la conquista de Oriente.
Sí bien es cierto que los franceses necesitaban de un hombre fuerte para esta misión, la verdad es que para la dificultad de la política francesa, para los hombres del Directorio y para los políticos que buscaban detentar el poder, alejar a Bonaparte de Paris era una de las mejores ideas.
El ejército francés conquista la isla de Malta
El inicio de las operaciones estaría marcado por el misterio desde el inicio. Los franceses estaban formando una poderosa flota naval, equipada en diversos puertos para evitar las sospechas del enemigo, aunque ya los británicos tenían conocimiento de este movimiento.
Por este motivo, los británicos comisionan en junio de 1798 a Horatio Nelson, quien zarparía al mediterráneo para perseguir a la flota francesa y conocer sus próximos movimientos.
El primer movimiento de la flota naval francesa fue la conquista de la isla de Malta, la cual le daría a Bonaparte y sus hombres la oportunidad de contar con un importante puerto cercano que haría de puente entre Europa y Asia.
Con estos objetivos zarpó Napoleón desde Tolón a Malta el 19 de mayo de 1798, logrando el desembarco en la isla entre el 9 al 13 de junio luego de una férrea lucha entre franceses y la orden de los Caballeros Hospitalarios, quienes poseían el control de la isla. Con este primer triunfo, Napoleón se dirige a Alejandría.
Napoleón Bonaparte en Egipto
En Egipto, el gobierno estaba regido por los mamelucos, quienes a su vez estaban bajo la influencia de los otomanos, aunque estos últimos dejan un amplio margen de libertad a los mamelucos para que gobernaran Egipto. Sería contra ellos que se enfrentarían al inicio de las hostilidades, los conquistadores franceses.
Napoleón llega al país de las pirámides en julio de 1798, mes en el que se producen las importantes batallas de Shubra Khit y la conocida como Batalla de las Pirámides, que le daría el control administrativo de Egipto.
Durante todo ese año y hasta febrero de 1799, Napoleón se encargaría de hacer frente a las rebeliones egipcias, conspiraciones e intentos de acabar con la influencia francesa, haciendo que Bonaparte utilice los recursos de la propaganda tanto en Egipto como en el exterior.
Siria y el fin de la campaña oriental francesa
Los primeros tres días de agosto de 1798, se produciría la primera gran derrota de los franceses en territorio egipcio, gracias al enfrentamiento naval contra la flota británica de Nelson, que le permitiría a los británicos, asestar un golpe mortal a Francia, ya que, a pesar de que continuaban avanzando y venciendo, con la toma de Abukir por Gran Bretaña, era imposible el abastecimiento de suministros.
En Siria y Palestina, los franceses lograron vencer militarmente a sus enemigos, pero la deshidratación junto a las continuas pestes, hicieron que muchos perecieran en el camino, se suicidaran o estuviesen indispuestos para la batalla.
La campaña oriental de Francia había terminado en desastre. Se habían enfrentado directamente a los británicos, quienes crearon la Segunda Coalición contra Francia donde se unirían a los rusos, otomanos, napolitanos, austríacos y portugueses.
A pesar de la derrota y el desastre, Napoleón logró huir con sus generales más importantes rumbo a Francia, donde daría el golpe de estado contra el Directorio que lo entronaría en el poder, convirtiéndolo en la gran figura legendaria de la historia que es hoy.
Posibles motivaciones de Napoleón Bonaparte para realizar la campaña a Oriente
Una de las principales causas que se han esgrimido ha sido la fascinación de Napoleón Bonaparte por el mundo oriental y la emulación de sus grandes héroes del pasado, como lo fueron Alejandro Magno o Julio César, quienes estuvieron involucrados en luchas dentro de estos territorios.
Se ha pensado que al emular los pasos de estos gigantes, Napoleón quisiera escribir su nombre en los libros de historia como el último de los grandes conquistadores que pisó aquellas tierras.
Sea como fuere, la campaña oriental de Francia, a pesar de culminar en derrota, ayudaría a engrandecer a figura de Napoleón Bonaparte, además de llevar la expedición científica más grande de la que se haya tenido registro en los anales europeos, siendo la piedra Rosetta uno de los grandes logros de estas campañas napoleónicas.