Lambayeque es una cultura prehispánica del Antiguo Perú, también conocida como Sicán, nacida desde los siglos VIII y XIV después de Cristo, aunque su gran apogeo sería hacia los siglos X y XI.
Fue después del declive de la cultura moche que se formaría esta cultura, entre tanto toda la manifestación artística que desarrollaron.
Ubicación y origen de Lambayeque
La cultura Lambayeque se desarrolló hacia el 900 – 1100 después de Cristo en tanto su gran apogeo. Su progreso se generó hacia el Valle de Motupe por el Norte, y Jequetepeque hacia el Sur en Lambayeque.
La descendencia de esta civilización, la creían proveniente de Naylamp, quien asumían había sido un gran Rey que llegó por el mar en medio de una flota de balsas; acompañado, además, de una gran corte lujosa de funcionarios que poseían conocimientos en diversas artes y oficios.
Además de ello, este Rey había traído consigo un ídolo de piedra verde al que llamaba Llampayec, de donde se deriva su nombre. De allí, se inauguró un gran periodo lleno de paz y prosperidad para esta región.
Características del arte Lambayeque
Fueron tres etapas las que determinaron el desarrollo artístico de Lambayeque, que van desde el Sicán Temprano, Sicán Medio y Sicán Tardío. En la que la primera de ellas es poco lo hallado más que el fin de la cultura moche, aunque con una gran influencia Wari.
La segunda etapa marcada por la unificación de Lambayeque dándoles identidad propia, destacando Batán Grande como su capital. Mientras que la tercera y última etapa marca la decadencia de la cultura.
Batán Grande había pasado por un gran periodo de sequía, en la que sufrió un terrible incendio, por lo que sus habitantes se trasladaron a la ciudad capital de esta etapa, Túcume.
Arquitectura Lambayeque
Fueron grandes complejos monumentales los construidos por esta cultura. La mayoría de estos, habitados por los reyes-sacerdotes, así como el desarrollo de la dirección del culto religioso en ellos, tanto como la administración de la economía.
Se trata de complejos desarrollados por pirámides, las cuales fueron realizadas de ladrillos de adobe, truncas en su mayoría, sin punta ni vértice, al igual que las de Mochica. A causa de las torrenciales lluvias, es poco lo que se muestra de su antigua imponencia arquitectónica, la mayoría de ellas están deterioradas.
Batán Grande
Batán Grande es considerado como la capital de Lambayeque durante la etapa de Sicán Medio. Se encuentra integrada por diecisiete pirámides superiores a los 30 metros de altura, los que destacan son la Guaca el Oro, la Guaca la Ventana, Guaca la Merced, entre otras.

No solo sirvió como culto religioso –donde múltiples peregrinos confluyeron por el prestigio que poseía como centro ceremonial-, sino también por ser un importante centro administrativo, el cual permitió a los reyes-sacerdotes afianzar su poder.
Túcume
Durante la etapa Sicán Tardío fue la capital de Lambayeque. Al igual que Batán Grande, cumplió una función importante administrativa, además de la religiosa. Se encuentra a diez kilómetros al suroeste de Batán Grande, lugar estratégico por ubicarse en la confluencia de dos ríos, Lambayeque y La Leche, decisivos para la economía agrícola del reino.
Apurlec
Este complejo es considerado uno de los más grandes del antiguo Perú, así como el que más se puede aproximar a la categoría de ciudad. Sus pirámides son notables, así como depósitos y extensas calles. De igual forma sus campos de cultivos y canales en otras áreas anexas.
Estos últimos nos dan indicios de que en su momento fue un importante centro de producción y distribución agrícola, incluso mucho más que ceremonial, como sí lo fueron Túcume y Batán Grande.
Huaca del Oro y el Señor de Sicán
Huaca del Oro fue un importante hallazgo descubierto en el año 1992 por un arqueólogo japonés, Izumi Shimada; en el que fueron grandes los objetos artísticos allí encontrados. También conocida como la tumba del Señor Sicán, fueron encontrados los restos de un gran personaje junto a otras mujeres.

La particularidad del hombre hallado de entre 40 y 42 años con algunas mujeres jóvenes y niños, se debe a la posición en la que estaba (sentado en posición invertida, es decir, con las piernas hacia arriba y la cabeza hacia abajo).
Tenía una máscara de oro, largos aretes y orejeras. Asimismo, diversas cerámicas como ofrendas, piedras preciosas y diversos objetos de oro, entre múltiples objetos de cobre arsenical.
Pintura Lambayeque
El Mural de Úcupe es lo que sobresale en la pintura Lambayeque. Se trata de un grupo de pinturas halladas en el Palacio de Úcupe, localizado hacia el Valle de Zaña, en la provincia de Chiclayo, distrito de Lagunas. Sus dibujos se encuentran plasmados sobre un muro de adobe, cuya construcción data del siglo IX y X aproximadamente.

Las formas representadas son antropomorfas, en las que destacan nueve figuras, de los cuales tres se encuentran presentados de perfil, mientras el resto de frente. Todos con vestimentas un tanto mitológicas, con indumentarias un tanto aladas.
Entre tanto, otros murales también se han hallado, en los que destacan figuras femeninas tocando lo que pareciera ser instrumentos musicales, entre otros tantos sujetos al parecer en actitud de festejo.
La Cerámica
Dentro del desarrollo cultural de los lambayeques, está la cerámica, en la que sobresale el Huaco Rey, con forma globular, base de pedestal, dos picos cónicos divergentes, asa puente de color negro, animal agazapado constituido por mono, zorro, lagartija u otros. En el centro del aza destaca la figura imponente de Naylamp.

La característica fundamental de la cerámica Lambayeque destaca por el uso de tonalidades oscuras y sobrias, tales como el gris y el negro, cuyos acabados son bastante similares al metal que desarrollaron en orfebrería; aunque existan tonalidades naranjas y cremas.
Orfebrería
El Tumi destaca en la orfebrería Lambayeque. Se trata de un cuchillo ceremonial de oro con incrustaciones de turquesas como el más conocido, cuya empuñadura se centra ejerce la figura de Naylamp. Este, fue encontrado en la Huaca la Ventana, Batán Grande.

Las joyas de la cultura Lambayeque tienen acabados que podríamos decir perfectos, especialmente por las novedosas técnicas para lograr el brillo único, así como la invención de utensilios ideales para modelar formas un tanto elevadas.
Además, tienen añadidos decorativos de piedras preciosas tales como turquesas y esmeraldas. Asimismo, crearon vasijas tanto como máscaras, tumis –o cuchillos ceremoniales-, vasos, collares, orejeras, brazaletes, cetros y muchos con la imagen de Naylamp.

Las técnicas empleadas para moldear sus utensilios y demás orfebrería, era tanto como a partir del vaciado, como el repujado, la soldadura, el laminado, planchado, dorado, aleaciones y cera perdida, cuyos detalles decorativos que, además de la esmeralda y la turquesa, también usaban cuarzo rosado, amatistas, cristal de roca y perlas negras, blancas y rosadas.