¿Cómo llegaron los humanos a Eurasia? Huellas de hace 120.000 años halladas en Arabia Saudita dan una pista

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Se trata de las primeras señales directas de presencia humana encontradas en la península arábiga.

Un equipo de investigadores consiguió reconstruir en detalle cómo, hace unos 120.000 años, un grupo de Homo sapiens se detuvo cerca de un lago poco profundo, en lo que ahora se conoce como el norte de Arabia Saudita, para probablemente tomar agua o seguir las manadas de camellos, elefantes o asnos salvajes que frecuentaban esas marismas. Sus huellas se secaron y fosilizaron, dejando a los científicos una rara evidencia de la presencia de humanos en la península Arábiga.

La escena es descrita en un estudio publicado por la revista Science Advances este jueves, a partir de esas huellas humanas de 120.000 años de antigüedad encontradas en el desierto de Nefud.

El arqueólogo Michael Petraglia, líder del equipo de investigación del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, indicó que «son las primeras huellas humanas genuinas en Arabia», región que desde hace mucho era considerada como una ruta de migración de los antiguos representantes de nuestra especie, desde África hacia el Oriente Medio y Eurasia.

Previamente, la exploración humana de la península Arábiga solo estaba evidenciada por herramientas de piedra encontradas en la zona. Hasta ahora, la única prueba de que la región estuvo poblada por humanos y no solo por algún otro homínido había sido un hueso de dedo humano, de 88.000 años de antigüedad.

Los científicos identificaron decenas de miles de antiguos depósitos de agua dulce, entre ellos uno en el desierto de Nefud, llamado Alathar, lo que en árabe significa ‘el rastro’. Ahí detectaron cientos de huellas en su lecho, en su mayoría dejadas por camellos, elefantes, búfalos gigantes o asnos salvajes, y descubrieron que siete de ellas pertenecían a humanos.

Al comparar el tamaño y la forma de aquellas huellas con las de neandertales, los investigadores sostuvieron que fueron dejadas más bien por representantes del Homo sapiens, ya que con toda probabilidad debieron pertenecer a personas más altas, con pies más largos y una masa corporal menor.

Asimismo determinaron que los sedimentos por encima y por debajo de las huellas tienen entre 121.000 y 112.000 años, respectivamente, épocas cuando en Oriente Medio no había ya neandertales y, por consiguiente, un indicio más a favor de la hipótesis de que fueron Homo sapiens, explicó el coautor del estudio Mathew Stewart.

En declaraciones para AFP, Stewart aseveró que su trabajo demuestra que «las rutas interiores que siguen los lagos y ríos pueden haber sido particularmente importantes para que los humanos se dispersaran fuera de África».

Petraglia, por su parte, señaló a la misma agencia que «la presencia de animales grandes, como elefantes e hipopótamos, junto con pastizales abiertos y grandes reservas de agua, pueden haber hecho del norte de Arabia un lugar particularmente atractivo para los humanos que se desplazaban entre África y Eurasia».

Sin embargo, los investigadores tampoco pueden descartar por completo que puedan haber sido neandertales los que dejaron aquellas huellas, sostiene la paleoantropóloga Marta Mirazón Lahr, de la Universidad de Cambridge, aunque personalmente también se inclina a favor del Homo sapiens como el candidato más probable.

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