Se ha descubierto una mina de oro romana en A Mariña, que puede llegar a extenderse a lo largo de 150 hectáreas. En Foz, dos ciudadanos de la comarca se tropezaron con la existencia de un foso mientras realizaban una recogida de setas. Se trataba de una sucesión extensa de parapetos seguidos de fosos que parecía no tener fin. Por ello, Manuel Miranda, uno de los dos excursionistas y portavoz del colectivo Mariñapatrimonio, a su llegada a casa comenzó a inspeccionar la toponimia del terreno.
Los miembros pertenecientes a Mariñapatrimonio, a través de las indicaciones de Manuel Miranda, comprobaron la zona y fueron descubriendo otros signos como los cantos rodados amontonados, que podrían pertenecer a la las escombreras que después de explotar las minas dejaban a su paso los romanos. Por ello intentaron hacer una exploración aérea que no tuvo el éxito esperado, pues la zona había sido repoblada por pinos y eucaliptos que apenas dejaban visualizar el suelo desde el aire.
Sin embargo, gracias a unas imágenes encontradas del año 56, en el que todavía el proceso de repoblación no se había efectuado, consiguieron observar la existencia de unos surcos que desembocaban ladera abajo en canales más grandes.
Ante la sospecha de que aquello que habían visto pudiera tratarse de una mina, llamaron al arqueólogo Santiago Ferrer y su respuesta fue firme, se trataba de una mina de oro romana con sus canales, balsas y depósitos para el lavado y decantación del mineral. Al observar las fotografías aéreas podría rondar las 150 hectáreas repartidas entre Foz y Barrieros, esto significaría que se trataría del aurífero más grande de Galicia y el único encontrado hasta ahora que lavaba el oro en dirección a una ría y no a un río.
Según Santiago Ferrer lo único que se puede asegurar hasta ahora es que la mina se encuentra en buen estado y que su actividad pudo situarse entre los siglos I al III, siendo después abandonada por una fluctuación a la baja en el precio del mineral, no porque se acabase el oro.
Miranda ha calificado la mina como “una obra de ingeniería bestial”. La mina se encuentra rodeada por 20 asentamientos como consecuencia de la existencia de un punto que daba actividad laboral y alimentaba a la mano de obra. Se piensa que los ingenieros que dirigieron su construcción eran de la Legio VII Gemina, es decir, de León.