Un procedimiento tecnológico aplicado por científicos del King´s, el Museo Británico y el Instituto de Arte de Chicago, utilizaron imágenes digitales junto a diferentes técnicas científicas para examinar las esculturas del Partenón a nivel microscópico, encontrando el equipo trazos de pintura en cada una de las esculturas.
Durante mucho tiempo se ha creído erróneamente que las esculturas griegas del Partenón eran blancas como se aprecian hoy, sin embargo, este estudio microscópico ha develado que las esculturas eran policromadas, utilizando texturas que se asemejaran a los que ellos estaban representando.
La pérdida del color se debe a que la pintura no sobrevivió el paso de los siglos, adquiriendo el color blanco que observamos hoy.
Una de las técnicas aplicadas en las esculturas fueron las imágenes de luminiscencia inducida, en la que los investigadores logran captar de manera no invasiva, rastros de lo que se conoce como azul egipcio creado gracias a la combinación de cobre, calcio y silicio.
Además de este color, los investigadores observaron restos de blanco y violeta, lo que ha llevado a concluir que los colores de las esculturas, eran tan importantes como la obra plástica en sí misma.