El análisis de los cipreses revela información sobre la ruptura de Pangea

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Víctor Muñoz Fernández
Apasionado por la Historia, es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Desde pequeño le encantaba la Historia y acabó por explorar sobre todo los siglos XVIII, XIX y XX.

El continente Pangea concentraba toda la masa terrestre durante la era geológica conocida como Mesozoico. Sin embargo, hace 150 millones de años, la enorme formación de tierra comenzó a fraccionarse. Los fragmentos se separaron hasta formar la disposición continental que tenemos hoy en día.

Pangea

La ruptura progresiva de una masa de tierra tan grande, supuso la separación de ciertos grupos de plantas y de animales. La consecuencia genética de esta separación se refleja en la cantidad de divergentes líneas genealógicas que han surgido hasta nuestros días.

La bióloga y directora del jardín botánico de Múnich, Susanne Renner explica que los fósiles muestran que la familia de los cipreses es “un grupo muy antiguo de plantas”. Esto les hace sospechar que puede ser posible seguir “la historia evolutiva hacia atrás en el periodo de antes de la ruptura de Pangea, siempre y cuando los distintos episodios de cambios climáticos y extinciones asociadas no lo hayan oscurecido demasiado”. Renner y su equipo de investigación intentan reconstruir el árbol genealógico de los cipreses, basándose en la comparación de secuencias genéticas específicas de 122 especies pertenecientes a 32 familias de plantas distribuidas a lo largo del mundo.

Con el fin de poder datar exactamente a los distintos grupos, se aplicó un principio sencillo. Cuando dos líneas genealógicas descendientes de un ancestro común son divergentes, cada una acumula sustituciones genéticas independientes de la otra. El número de sustituciones únicas proporciona una medida del tiempo que ha pasado desde que una especie divergió de la otra. Comparando los espectros de los cambios genéticos encontrados en diferentes líneas genealógicas y calibrando la cantidad de cambios que aparecen en los fósiles, es posible reconstruir la historia de un grupo particular de plantas.

Renner explica que durante los últimos 15 años, estos métodos moleculares aplicados en combinación con nuevos hallazgos fósiles, han revolucionado el estudio de la biogeografía, un apartado de la biología que se preocupa por la comprensión de los patrones de distribución de las especies animales y de las plantas. Los descubrimientos de esta rama científica han revolucionado lo que la gente pensaba sobre algunos grupos, ya que han corregido dataciones erróneas existentes y que la gente daba por válidas.

Según el nuevo estudio, los cipreses pertenecen a un grupo genealógico muy antiguo. Sus orígenes pueden seguirse hasta Pangea y muestran que la divergencia evolutiva de las subfamilias del norte y del sur son la consecuencia de la separación del continente hace 153 millones de años.

Conforme iba progresando la fragmentación y las líneas genealógicas ancestrales se iban separando unas de otras, se creaban nuevas ramificaciones genéticas que tendrían trayectorias evolutivas separadas. Los “Cupressaceae” son el primer grupo de plantas que nos ofrece una pintura detallada de la fragmentación del enorme continente que existía en nuestro planeta hace millones de años.

Fuente: Ludwig-Maximilians-Universität München

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