Los arqueólogos son los primeros en desenterrar los vestigios de las costumbres y creencias ancestrales, aunque de vez en cuando se topan con hallazgos misteriosos o curiosos, tal como sucedió en Polonia donde se halló un cementerio de vampiros recientemente.
El pueblo de Luzino fue el lugar donde se produjo el hallazgo, cuando trabajadores de la carretera dieron con 450 cuerpos decapitados y con monedas en su boca, lo que hizo entender a los investigadores que se trataba de una tumba de vampiros.
Los vampiros en Polonia fueron una creencia muy seria en el siglo XIX, encontrándose numerosos cuerpos decapitados después de la muerte, y se les colocaba una moneda en la boca, ya que estos elementos hacían que el vampiro no volviera al mundo de los vivos.
A diferencia de otras épocas y localidades, en Polonia los vampiros eran seres que volvían de la muerte, aunque sus descripciones muchas veces parecen detallar los síntomas de la tisis o tuberculosis.
De igual forma y en algunos contextos, los vampiros se relacionan con los cuerpos de personas anticristianas.