Las excavaciones en el sitio arqueológico de Tarquinia en Roma, han dado con un impresionante hallazgo, en una antigua necrópolis romana donde se hallaron 67 esqueletos adornados con joyas de oro y zapatos de cuero.
Los 67 esqueletos estaban dispuestos en 57 tumbas, en las que los arqueólogos hallaron evidencia de la opulencia de los enterrados, destacándose por su apariencia las tumbas de los fallecidos, que parecían emular en menor escala las casas en la que habitaban cuando vivían.
Al analizar con mayor detalle los huesos, los investigadores se percataron que debían ser personas con una vida tranquila, que incluso vivían en la ciudad, ya que en sus huesos no se hallaron marcas de estrés ni vestigios de trabajos duros como la agricultura.
La majestuosidad de las joyas y la belleza de las tumbas, ha llevado a conjeturar que deseaban recrear un espacio celestial, algunas tenían telas suntuosas, otras poseían tejas de terracota.
Entre las joyas destacan los anillos de plata con ámbar, numerosas joyas con iniciales de nombres, cerámica de terracota, ropa lujosa, vidrio precioso, objetos de oro, entre otros, obteniéndose una datación para las tumbas, entre los siglos II y IV d.C.