La probabilidad de que un tejido prehistórico sobreviva hasta nuestros días son muy pocas, debido a que los restos orgánicos casi nunca sobreviven tanto tiempo, por lo que el hallazgo de unas esteras kodiak con tres mil años de antigüedad.
Los investigadores se encontraban estudiando una casa que se había incendiado, aunque un área del suelo había sufrido menos daños, ya que al caerse las paredes del edificio crearon una especie de bóveda que protegió el suelo.
Removiendo los escombros de las paredes, el equipo descubrió fragmentos de tejidos carbonizados que se extendía por el área posterior de la casa, cubriendo casi dos metros de esteras de pasto tejidas.
El lugar se piensa era un espacio para dormir, en una casa de tres mil años de antigüedad, tal como demostró el estudio de radiocarbono.