Varios fragmentos del ancestral manuscrito egipcio conocido como “Libro de los Muertos” han sido encontrados en la profundidad de los archivos del Museo de Queensland en Brisbane (Australia). El afamado egiptólogo y doctor John Taylor los localizó por casualidad. Mientras examinaba la colección egipcia del museo, un trozo de papiro captó su atención.
Al ser el conservador de la colección de momias del Museo Británico y estar al cargo de la exposición itinerante que, actualmente se encuentra en Brisbane, fue llevado a los almacenes del museo para poder observar piezas similares. “Tras un rato examinando los restos, quedó claro que lo que teníamos entre manos eran fragmentos del Libro de los Muertos”, comenta Taylor.
Todas las pruebas indican que el manuscrito data del año 1420 a.C. y que perteneció a un oficial de alto rango egipcio. El investigador británico sostiene que los pedazos encontrados en Brisbane pertenecerían a “un alto sacerdote del Templo de Amón”, aunque, en primera instancia, dudó de que fuera “el mismo hombre”.
A finales del siglo XIX se descubrieron partes del Libro de los Muertos, pero nunca han conseguido encontrarlo entero, ya que fue dividido y repartido a lo largo del mundo. Se cree que contenía conjuros mágicos para guiar a los muertos tras la vida, pero la clave está en reconstruir el documento. Para Taylor, esto es “un hallazgo de gran magnitud” y la restauración del documento revelará “un montón de información”. Matiza además que, “después de más de cien años”, estamos “en posición de recuperar el manuscrito de forma completa”.
Por su parte, el director ejecutivo del Museo de Queensland, Ian Galloway, afirma que las piezas fueron donadas al centro por una mujer hace un siglo y que, aunque han intentado saber de dónde las consiguió, lo único que han conseguido es contactar con su familia. También muestra su alegría y sorpresa por el hallazgo: “Estamos increíblemente sorprendidos de que hayamos tenido un objeto tan importante en nuestra colección sin haberlo sabido”.
Tanto Galloway como Taylor cifran en “incalculable” el valor de los fragmentos encontrados. El buen estado en que se encuentran han promovido los elogios hacia los conservadores del museo que todos estos años se han encargado de las piezas.
Por ahora, los restos descubiertos permanecerán en Brisbane. La idea es que los investigadores junten el manuscrito original usando fotografías del documento para poder garantizar la integridad del mismo.
Fuente: ABC News