Historia de la Mezquita de Córdoba

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Si por algún motivo debemos viajar a Córdoba, sin duda es para visitar la mezquita, aunque la ciudad en sí misma es una de las más impresionantes de toda España.

Sí os recomendamos informaros bien sobre los tipos de entrada a la mezquita antes de visitarla. Si bien existe una entrada gratuita a primera hora, tiene una duración única de 45 minutos y no permite el acceso a la parte de la Catedral.

Pero, la Mezquita de Córdoba es una verdadera obra de arte que todos tenemos que intentar ver al menos una vez. No en vano es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1984, uno de los principales monumentos históricos de España y uno de sus sitios turísticos más importantes.

Su magnificencia, su calidad y su arte son difícilmente comparables y por ese motivo es tomada como de una gran influencia arquitectónica para arquitecturas posteriores como la “morisca”, y por ser uno de los edificios islámicos mejor descritos y conservados a lo largo de los siglos.

¿Cuál es la historia de la Mezquita de Córdoba? Intentaremos adentrarnos en sus orígenes y en cómo se llegó a convertir en el edificio que conocemos actualmente, con sus diversas ampliaciones y añadidos, desde su fundación en el año 785.

¿Origen romano?

Existe una creencia común que expresa que originariamente, en el terreno actual de la Mezquita de Córdoba, existía un templo romano dedicado a Jano. Sin embargo, se cree que se debe a un malentendido con diferentes hitos hallados en la zona.

Sus inicios como iglesia visigoda

Lo que sí nos cuenta la tradición es que, originariamente en este lugar, se erigía una iglesia cristiana dedicada a San Vicente Mártir, la cual se dividió durante la conquista omeya para ser compartida por cristianos y musulmanes.

Debido a la expansión de la comunidad musulmana en la región, Abderramán decidió comprar la mitad cristiana del recinto y demolerla, para comenzar a construir la Gran Mezquita en su lugar.

Sin embargo, esta tradición es discutida históricamente debido a que no se han encontrado pruebas fehacientes, ni escritas ni arqueológicas, de que aquí haya existido una iglesia con esas características.

se han encontrado restos arqueológicos visigodos en el sustrato que permiten comprobar que existió algo que quizá fuese un complejo episcopal, pero nada que demuestre que, efectivamente, se trata de la iglesia San Vicente Mártir.

Historia de la construcción de la Mezquita de Córdoba

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Panorámica de la ciudad de Córdoba, con la Mezquita-Catedral al fondo. Crédito: milosk50/Shutterstock

Antecedentes

La Gran Mezquita fue fundada por Abderramán I, uno de los últimos miembros de la dinastía Omeya que logró escapar de su califato originario y hereditario en Damasco, Siria, el cual fue derrocado en la revolución abasí del año 750, siendo casi todos sus miembros asesinados o ejecutados durante la misma.

Abderramán (Ab dar-Rahman), sobrevivió y escapó al norte de África, en donde consiguió apoyo político y militar para tomar el control de la administración musulmana en la península ibérica derrotando al gobernador abasí Yusuf ibn Abd al-Rahman al-Fihiri, e instaurando un nuevo Emirato independiente en el año 756.

La construcción de la Gran Mezquita por Abderramán I

Los trabajos de construcción de la mezquita de Córdoba comenzaron en el año 785 y finalizó al año siguiente, en el 786. Una de las teorías más aceptadas sobre la rapidez de su construcción, explica que se debió a la reutilización de materiales romanos y visigodos existentes en la zona, especialmente columnas y capiteles.

Su forma original era de 75 x 79 metros, y se dividía en el sahn, el patio de abluciones (en el norte) y el haram, la sala de oración (al sur).

Y aquí aparecen también, por primera vez, sus impresionantes arcos dobles, la innovación arquitectónica más característica e impresionante de la Mezquita de Córdoba.

Si bien se especula con que su forma se debe a que a Abderramán le recordaban a las palmeras de Siria, la explicación real (y técnica) sería que las columnas originales no le proporcionaban la altitud deseada, lo que les llevó a innovar para conseguir estabilidad, creando dobles arcos, el primero (de herradura) para que cumpla como entibo y el segundo (de medio punto), el superior, cargase con la cubierta.

El alminar de Hisham I

Hisham I, hijo y sucesor de Abderramán I, fue quien finalizó el sahn y a su vez, quien erigió el primer alminar (las torres de las mezquitas musulmanas), el cual fue derribado por Abderramán III para construir otro.

Este primer alminar era de planta cuadrada y aún hoy se puede ver su cimentación en el Patio de los Naranjos.

Al-Hákam y el Patio de los Naranjos

La historiografía detecta la existencia de un patio con árboles frutales desde el año 808, momento en el cual reinaba Al-Hákam, hijo de Hisham I.

Patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba
Patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba. Crédito: Depositphotos

Abderramán II y la ampliación de la Mezquita

Debido al crecimiento de la ciudad, Abderramán II ordenó ampliar la mezquita en el año 836, manteniendo el diseño original, pero ampliando la sala de oración un total de ocho arcos más hacia el sur, dándole un total de 64 metros a la sala.

Abderramán III y sus trabajos de ampliación

Abderramán III fue el responsable de instaurar el nuevo Califato de Córdoba en el año 929, y para demostrar su poder, amplió el patio de la Mezquita y tiró abajo el alminar creado por Hisham I, creando otro de 8,5 metros de base (de cada lado) y 47 metros de altura.

La ampliación de Alhakén II

Alhakén II, hijo de Abderramán III y partícipe en todos los proyectos arquitectónicos de su padre, fue uno de los califas que realizó ampliaciones más importantes en la Mezquita.

Amplió la sala de oración otros 45 metros añadiendo 12 crujías (arcos) más hacia el sur, añadió una cúpula nervada a la nave central y creó una macsura (recinto reservado para el Califa o el Imán) y otras tres cúpulas nevadas para el nuevo mihrab.

Ésta presenta un diseño exquisito con arcos polilobulados y entrecruzados, mezclando fustes azules, rosas y jaspes en sus columnas.

A su vez, la cúpula central y los muros del mihrab fueron decorados con mosaicos bizantinos creados por expertos enviados por el propio emperador bizantino Nicéforo II de Constantinopla.

Mihrab de la Mezquita de Córdoba
Mihrab de la Mezquita de Córdoba. Crédito: Depositphotos.

Almanzor

Almanzor fue quien realizó la última ampliación de la Mezquita de Córdoba entre los años 987 y 988, añadiendo 8 naves (47 metros) hacia el este, descentrando el mihrab, pero sin poder ampliarse hacia el sur como en ocasiones anteriores por la cercanía del río Guadalquivir.

Al igual que sus predecesores, mantuvo el diseño original añadiendo nuevas crujías, dotando al templo de un total de 8.600 metros cuadrados en total, convirtiéndose de ese modo en la mezquita más grande del mundo fuera de lo que se sería el Califato original, el Irak abasí.

Las épocas posteriores al Califato de Córdoba

Una vez que cae el Califato de Córdoba, la Mezquita se mantuvo más o menos igual pese a ser saqueada en varias ocasiones.

En el año 1236, Fernando III de Castilla conquista Córdoba, transformando la Mezquita de Córdoba en Catedral, siendo consagrada a la Virgen María. Sin embargo y pese a la conversión, no se realizaron modificaciones, sino que se mantuvo su aspecto original.

A lo largo de los siglos, sí se le fueron añadiendo capillas en los alrededores de la periferia interior de la mezquita, hasta que, probablemente por orden de Alfonso X, se le añadió la Capilla Real, la primera gran adición a la mezquita original y situada detrás del muro oeste, aunque fue realizada con estilo morisco-mudéjar.

Pero, la ampliación más importante se realizó con la construcción de una nueva Capilla Mayor, ubicada en medio de la estructura y de estilo renacentista, tanto su nave como el crucero, con la aprobación de Carlos V y con la edificación de Hernán Ruiz, ‘El Viejo’, iniciándose las obras en 1523.

Según recoge Bernardo de Alderete, canónigo de la Catedral de Córdoba, filólogo e historiador de la época de estas modificaciones, al ver el resultado de los trabajos de remodelación, Carlos V se arrepintió de haber tomado esa decisión expresando su frase “habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes”.

En el año 1589, una tormenta o terremoto (las fuentes no son muy claras al respecto), provocó daños en el antiguo minarete, el cual ya funcionaba como campanario.

Campanario de la Mezquita de Córdoba
Campanario de la Mezquita de Córdoba. Crédito: Depositphotos.

En 1593, comenzaron las obras para la construcción de un nuevo campanario de estilo renacentista, finalizándose en el año 1617, otorgándole el aspecto exterior actual.

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