Antecedentes de la Tercera Cruzada
El rey Balduino IV de Jerusalén murió en 1895 dejando el reino de Jerusalén a su sobrino Balduino V que murió antes de su noveno cumpleaños y su madre, la princesa Sibila de Jerusalén, se coronó como reina y su marido, Guy de Lusignan como rey.
Reynaldo de Châtillon asaltó una rica caravana que viajaba de Egipto a Siria rompiendo así una tregua entre el reino de Jerusalén y Saladino.
El recién coronado Rey Guy apelo a Reynaldo para que cediera a las demandas de Saladino, pero Reynaldo se negó a seguir las órdenes del rey.
Este acto le dio a Saladino la excusa para tomar la ofensiva contra el Reino de Jerusalén. El rey Guy, siguiendo el consejo de Reynaldo y desoyendo al conde Raymond III de Trípoli, marchó con su ejército a los cuernos de Hattin a las afueras de Tiberíades.
Las fuerzas de Saladino lucharon contra el ejército franco, sediento y desmoralizado, y los destruyeron en la batalla de Hattin en julio de 1187.
A finales de 1187 Saladino había tomado Acre y Jerusalén. El nuevo Papa, Gregorio VIII, en una nueva bula papal interpretó la toma de Jerusalén como castigo por los pecados de los cristianos y convocó una nueva cruzada a Tierra Santa.
La cruzada de Barbarroja
Federico Barbarroja, emperador del Sacro Imperio romano germánico, partió a la cruzada con sesenta y seis años. Tras meses de preparación la cruzada de Federico Barbarroja se puso en marcha siendo el primero de los reyes en partir.
En Constantinopla, Federico no recibió apoyos del emperador bizantino Isaac II Ángelo, que firmó una alianza secreta con Saladino para impedir el avance de Federico a cambio de la seguridad de su imperio.
Después de cruzar a Anatolia los cruzados alemanes se enfrentaron a constantes ataques turcos a pesar de la promesa de un paso seguro, finalmente los cruzados conquistaron la capital turca de Iconio.
Mientras cruzaba el río Saleph el 10 de junio de 1190, el caballo de Federico Barbarroja resbaló y lo arrojó contra las rocas ahogándose debido al peso de la armadura.
Después de la muerte de Federico Barbarroja la mayor parte del ejército regresó a Alemania por mar.
La cruzada de Ricardo y Felipe
Los reyes Enrique II de Inglaterra y Felipe II de Francia firmaron la paz entre ellos y se dispusieron a partir hacia Jerusalén, al fallecer Enrique II le sucedió su hijo Ricardo I más conocido como Ricardo Corazón de León.
Ricardo y Felipe se reunieron en Vézelay y partieron juntos el 4 de julio de 1190 hasta Lyon donde se separaron acordando encontrarse en Sicilia. Ricardo capturó la ciudad de Messina y desde allí partieron hacia Tiro.
Felipe llegó a Tiro en abril y se unió al asedio de Acre, pero Ricardo fue sorprendido por una tormenta y fue a parar a la isla de Chipre donde el gobernante se apoderó de su tesoro.
Ricardo negoció con el gobernador en Limassol pero este le traicionó y Ricardo conquistó la isla de Chipre en unos pocos días y marchó hacia Acre.
Asedio de Acre
Saladino liberó al rey Guy en 1189 que intentó tomar el mando de las fuerzas cristianas en tiro en poder de Conrado de Monferrat.
Guy centró su atención en el puerto de Acre, reunió un ejército para sitiar la ciudad y recibió ayuda del ejército recién llegado de Felipe II de Francia. Estos dos ejércitos no fueron suficiente para tomar la ciudad.
El 8 de junio de 1191 Ricardo llegó a Acre y comenzó a supervisar la construcción de armas de asedio para asaltar la ciudad que cayó el 12 de julio. Ricardo, Felipe II y Leopoldo V de Austria se pelearon por el botín de la victoria, Ricardo apoyaba a Guy como Rey y Felipe y Leopoldo a Conrado. Finalmente se decidió que gobernaría Guy y a su muerte le sucedería Conrado.
Felipe y Leopoldo tomaron sus ejércitos y abandonaron Tierra Santa en agosto.
Saladino intentó negociar con Ricardo la liberación de la guarnición musulmana capturada en Acre incluidos mujeres y niños. Pero el 20 de agosto Ricardo decapitó a 2.700 prisioneros musulmanes a la vista del ejército de Saladino, quien a su vez, respondió ejecutando a los prisioneros cristianos capturados.
Batalla de Arsuf
Después de la captura de Acre, Ricardo decidió marchar a Jaffa, el control de Jaffa era necesario para poder tomar Jerusalén. En septiembre de 1191 Saladino atacó al ejército de Ricardo en Arsuf.
Ricardo mantuvo la formación defensiva de su ejército y en contraataque vencieron a las fuerzas de Saladino.
Consecuencias de la Tercera Cruzada
Ricardo necesitaba el apoyo de Conrado que se negaba a darle ayuda si no le apoyaba como Rey. Finalmente, Ricardo se vio obligado a apoyar a Conrado y vendió Chipre a Guy. Antes de su coronación Conrado fue asesinado por dos Hashshashin en las calles de Tiro.
Ricardo firmó una paz con Saladino por la que permitía a peregrinos y comerciantes cristianos visitar la ciudad de Jerusalén.
Ninguno de los bandos quedó completamente satisfecho por el resultado de la Cruzada, aunque el comercio floreció en todo medio oriente y en las ciudades portuarias de la costa mediterránea.
Ricardo partió de Tierra santa en octubre de 1192 y en diciembre fue encarcelado por Leopoldo a su paso por Austria debido a la sospecha de su involucración en el asesinato de Conrado.
Fue necesario un rescate de ciento cincuenta mil marcos para obtener su liberación tras la cual Ricardo volvió a Inglaterra asediando Francia y cada castillo que encontraba hasta su muerte en 1193 debido a una herida de ballesta.
Saladino murió de fiebre amarilla en 1193 y sus herederos fragmentaron el reino a su muerte.
Como Ricardo no atacó Jerusalén seis años después se convocaría una cuarta cruzada.