Hace 7 mil años el pueblo Chinchorro que pobló el desierto de Atacama en Chile, protagonizó los primeros casos de momificación artificial en la historia, por lo menos 2 mil años que las momias egipcias.
Las condiciones climáticas secas del desierto suramericano permitieron la excelente preservación de los restos.
El pueblo Chinchorro acostumbró practicar la momificación para toda su población, y no estar reservada para la élite como en otros casos.
Durante el proceso, a los cuerpos se les extraían los órganos, era quitada su piel para colocársele nuevamente, y cubrir el cuerpo con juncos o piel de lobo marino para luego dejarlo en un cementerio del desierto.
Un dato relevante es que los primeros cuerpos en ser momificados eran los de bebes, esto quizás al alto contenido de arsénico en el agua del lugar, lo que ha provocado una mayor mortalidad infantil.