Daniel Arasa introduce en ‘Los españoles de Stalin‘, una historia un tanto desconocida e imprecisa en nuestro país y rescata del olvido la participación española del bando ruso en la Segunda Guerra Mundial. El autor parte de la base de que los españoles que poseen al menos algún conocimiento del conflicto, tienen una visión de la guerra muy occidentalizada: Normandía, la Batalla de Inglaterra, Dunkerque, los frentes africano e italiano… son algunos de los nombres más relacionados con la contienda que conocemos, dejando de lado el oponente principal en Oriente.
Conocemos la relación de Stalingrado o Kursk con esta guerra, pero desconocemos totalmente las batallas de Korshum-Shevchenko, los pasos del Dnieper o del Oder, las ofensivas de Bielorrusia y Leningrado o la cabeza de puente de Kuban. Por ello, Daniel Arasa ha intentado rescatar la memoria de estos españoles que quedaron en el olvido.
Exiliados o republicanos en su gran mayoría, pertenecieran al PSUC o al PCE, no dudaron en acudir a la llamada soviética en cuanto las fuerzas alemanas invadieron territorio ruso. Nikita Sergeevich Kruschev, miembro entonces del Consejo Militar del Frente Sudoeste, calificó entonces a estos combatientes como “una gente estupenda”, y recomendó al coronel que le llevó la noticia que “aprovechara la experiencia de esos hombres”.
Aún así, no es tan bonito como lo pintan, ya que la ayuda que recibieron estaba teñida de ideología: aunque lucharan a favor de Stalin y por la Madre Rusia, la gran mayoría luchaba por la defensa del internacionalismo proletario y la Rusia Bolchevique. No todos los que acudieron pensaban lo mismo, de todas formas. También había quienes discrepaban con las ideas stalinistas, que posteriormente fueron purgados o enviados a Syberia.
Los mandos comunistas acogieron a los españoles, ya que España en aquella época tenía buenas relaciones con Rusia, recordando las guerras contra Napoleón o la participación de los soldados rusos en la Guerra Civil.
El autor tampoco deja de lado los cientos de españoles anónimos que trabajaron duramente en una situación peligrosa por la tierra que les había visto nacer, trabajando en las taigas siberianas, las fábricas de armamento o construyendo las inexpugnables defensas de Moscú. Las mentalidades fascistas y antifascistas se encontraban ahora y dejaban sus vidas en tierras rusas.
Sin embargo, parece la historia de aquellos españoles que estuvieron al frente de los soldados de la División Azul y el recuerdo de su participación se hubiera perdido entre las miles de páginas que han registrado este periodo de la historia.
Por este motivo, Daniel Arasa ha querido realizar una reflexión sobre los acontecimientos con Los españoles de Stalin, mirando desde una ventana prácticamente cerrada por nuestra memoria.