Luego de que en 1843 descendieran los niveles de agua en el lago suizo de Biel, numerosos aficionados a la arqueología realizaron excavaciones diversas, entre las que se encontró una punta de flecha de la edad de bronce, que estudios recientes han determinado que se hizo con un meteorito.
En el siglo XIX se descubrió que en dicha área hubo un asentamiento importante, con numerosos puentes y edificios entre el 900 al 800 a.C., conocidos como cultura Urnfield.
Estudios recientes sometieron la pieza a estudios de espectometría gamma, rayos x, revelándose que el hierro utilizado es de origen extraterrestre, es decir, un meteorito.
Esto pudo conocerse luego de que el resultado arrojara la presencia de un isótopo radioactivo, que solo se observa en este tipo de materiales.
Luego de verificar el origen del material de hierro, los científicos hicieron comparaciones de la punta de la flecha, relacionando el hierro con el meteorito Kaalijarv, que cayó en Estonia cerca del 1500 a.C.
Esto arroja pistas de un posible comercio de piedras de meteoritos, que pudo desplazarse por las mismas rutas de comercio de ámbar en el Báltico.