Descubren fósil de un calamar que hace 180 millones de años fue cazado por un tiburón mientras se comía una langosta

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Hace más de 180 millones de años, en la época del Jurásico temprano, una antigua criatura parecida a un calamar capturó con sus numerosos tentáculos un delicioso crustáceo. Sin embargo, no llegó a disfrutarlo: apenas procedía a comérselo cuando se convirtió en la presa de un tiburón prehistórico, informa Phys.org.

El escualo le arrancó un buen trozo de carne al molusco y siguió su ruta.

Los restos del antiguo calamar, con el crustáceo en la boca, se hundieron lentamente en el fondo del océano y a lo largo de millones de años se fosilizaron.

Los fósiles de ambos animales fueron descubiertos en los años 70 en una cantera cerca de Stuttgart (Alemania). Se mantuvieron en una colección privada durante varias décadas y luego fueron adquiridos por el museo local de historia natural.

En un artículo publicado en Swiss Journal of Palaeontology, un grupo de investigadores describe el hallazgo fosilizado y detalla lo que pudo averiguar sobre la relación entre antiguos cefalópodos y depredadores vertebrados.

«Creemos que se trata de los restos de lo que fue la comida de un depredador vertebrado, posiblemente un tiburón Hybodus hauffianus, del Jurásico temprano. Esto es notable, porque informa sobre el comportamiento de un cefalópodo y de un depredador vertebrado», concluyeron los científicos.

Fósiles encontrados de la secuencia y su explicación. Crédito: restos de su presa. (Klug et al., Swiss J Palaeontol., 2021)

La razón para suponer que se trata de restos de la comida de un tiburón es que el depredador no se quedó para terminar de comerlo, probablemente porque los cefalópodos tenían cabezas resistentes, con picos duros, puntiagudos y difíciles de digerir.

Esto significa que el cazador no debió ser un ictiosauro, aunque esos extintos reptiles marinos eran particularmente hábiles para cazar belemnites, grupo de moluscos cefalópodos al que perteneció el prehistórico y también desaparecido calamar.

Sin embargo, el contenido estomacal de los ictiosauros hallados solo muestra los tentáculos de los belemnites, sin presencia de partes duras.

Por otro lado, los estómagos fosilizados de cocodrilos marinos y peces depredadores sugieren que estas criaturas sí se los comían por completo

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