A 600 metros de los muros de la ciudad de Pompeya un grupo de arqueólogos ha encontrado una habitación, que sin duda fue el aposento de un pequeño grupo de esclavos, en el que hallaron dos camas, restos de cerámicas y algunas ánforas donde también descubrieron restos de roedores.
La villa conocida como Civita Giuliana fue el lugar del descubrimiento, que se ha nombrado como “Habitación A”, donde se descubrieron dos camas de las que solo una disponía de colchón, dos armarios pequeños, ánforas y restos de cerámicas encontrándose dos ratas y un ratón entre los recipientes, indicios de la precariedad vivida en la época.
A pesar de esta gran precariedad vivida por el estrato más pobre de la sociedad, los arqueólogos se han percatado que una de las camas era más cómoda y lujosa que la otra, observándose incluso restos de ornamentación, lo que ha llevado a la conclusión de que existía una jerarquía entre la servidumbre.
Un dato adicional que hace interesante el estudio de la esclavitud en esos días, es que no se hallaron restos de cerraduras o rejas, lo que ha llevado a los investigadores a pensar, que el control ejercido sobre ellos no era físico.