Gracias a una muestra del tejido cerebral del famoso Ötzi un equipo de investigación, formado por la Academia Europea de Bolzano, la Universidad de Saarland y la Universidad de Kiel, se ha apoyado en la teoría de que el gran cadáver glaciar sufrió algún tipo de daño cerebral antes de su último aliento.
En la parte posterior del cerebro se pueden observar dos áreas de color oscuro y que ya se habían mencionado en 2007, cuando se debatió sobre su fractura en el cráneo. Un TAC certificó que había recibido un golpe mortal durante un ataque creando de esta manera esas manchas oscuras o moratones constituyendo una hipótesis que hasta ahora se había dejado en el aire.
En 2010 se realizó una endoscopia y dos muestras del tejido cerebral del tamaño de una cabeza de alfiler, se extrajeron de la momia glaciar, siendo de esta manera un método mínimamente invasivo. La investigación de proteínas condujo a los científicos a una conclusión, mediante los coágulos de sangre se presentó la prueba de que el cerebro habría sufrido hematomas antes de la muerte. Sin embargo, el modo en el que se causaron tales golpes no está claro ya que podrían deberse a un golpe en la frente o a una caída después de ser herido con una flecha.
El método utilizado en este caso basado en la extracción de pequeñísimas muestras de tejidos puede servir en un futuro para responder a muchas de las cuestiones que ahora se plantean sobre las momias. Muchas muestras de ADN son imposibles de analizar debido al proceso de descomposición biológica natural pero ahora el análisis de las proteínas nos proporcionara un camino para solucionar muchos de los enigmas.
Una de las características más peculiares de las proteínas es que según la parte del cuerpo que se analice aportaran resultados distintos y más certeros que con el ADN ya que este último siempre es constante.
Más de una docena de muestras de tejido pertenecientes a momias de todo el mundo se van a analizar mediante este nuevo método proporcionando información que antes había sido imposible de obtener.