Ramsés II fue uno de los más conocidos y grandes faraones egipcios, gobernando desde el 1279 al 1213 a.C., dejando un recuerdo imborrable en el país del Nilo tal como lo atestiguan 2.000 cabezas de carnero momificadas en su templo de Abydos colocadas durante el período Ptolemáico.
Además de este descubrimiento que logra arrojar luces sobre la adoración a los faraones, los arqueólogos descubrieron un templo de 4.000 años de antigüedad, el cual posee la particularidad de tener una ornamentación única en su estilo.
Cabezas de carnero para honrar a Ramsés II
El carnero era un símbolo sagrado del antiguo egipcio el cual representaba la fertilidad y el poder, además de relacionarse con varios dioses importantes como Khnum, quien poseía una cabeza de este animal.
Las cabezas desenterradas por los científicos estaban momificadas, presumiéndose que pertenecía a la era Ptolemáica abarcando desde el 332 a.C., al año 30 d.C.
Adicional a estas dos mil cabezas de carnero, los investigadores hallaron en otra sala del templo un gran número de otros animales momificados, tales como: aves, perros, vacas, ciervos y un avestruz.
Sí bien es cierto que en los últimos años se han hallado cabezas de carnero momificadas, este descubrimiento en el templo de Abydos, es el más grande de esta especie.
Un palacio de la VI dinastía
Entre los años 2323 al 2150 a.C., los egipcios emprendieron grandes campañas militares logrando hacerse con el control de Nubia y Libia, siendo los faraones de la VI dinastía los responsables he dicho logro.
El templo de Ramsés II ya poseía historia cuando se convirtió en el lugar de veneración del faraón, logrando un equipo arqueológico de Nueva York observar por primera vez, las características únicas de este edificio.
Uno de los sellos característicos de este palacio son sus grandes paredes de cinco metros de espesor, lo que ha hecho a los estudiosos del asunto, concluir que será necesaria una nueva interpretación de la arquitectura de este período.
Otro hallazgo de importancia fue el muro al norte del templo que le protegía, árboles antiguos, vestigios de ciertas piezas de ropa, incluyendo fragmentos de estatuas.