Durante las excavaciones de una tumba de cremación en la región inglesa de Oxfordshire, arqueólogos encontraron un alfiler hecho con la falange de un águila Real, convirtiéndose en el primer alfiler de esta naturaleza en la Edad de Bronce.
El entierro era de un niño y el alfiler poseía un agujero por donde debió pasar un hilo de fibra, lo que abre varias preguntas a los investigadores, ya que el hueso de águila podría ser un talismán o relacionarse con las creencias de la época sobre la vida después de la muerte.
En las adyacencias del entierro los arqueólogos encontraron restos de edificios posteriores, específicamente de la Edad de Hierro, además de diferentes agujeros y pozos.