Un estudio reciente dirigido por el arqueólogo marino Staffan von Arbin de la Universidad de Gotemburgo, determinó que un cañón hallado frente a las costas suecas de Marstrand, el cual data del siglo XIV podría ser el cañón a bordo de un barco más antiguo de Europa.
El cañón provino de un naufragio y la razón por la que se sabe estuvo a bordo, es que el cañón se encontró con su carga de pólvora intacta, lo que indica que estaba presto para utilizarse al momento de sumergirse bajo el mar.
Para conocer detalles sobre el cañón utilizaron el radiocarbono, además de varios escaneos en 3D, junto a un estudio químico del metal que mostró una aleación de cobre con plomo, y muy poco uso de estaño, concluyéndose que el fabricante no poseía conocimientos cabales sobre la fabricación de cañones.
Un cañón de estas características es muy frágil acortando su vida útil, gracias a las grietas que se le pueden formar por el uso prolongado.
La razón de ello, radica en que en el siglo XIV todavía no se tenía la receta exacta para la creación de estos cañones.
El próximo paso de los investigadores será identificar el barco donde estaba el cañón, aunque esta es una de las tareas más difíciles, ya que se piensa que debe estar en avanzado estado de descomposición.