En la época de Egipto ptolemaico se desarrolló el culto al dios Bes, quien tenía una forma humana y felina, en la que los miembros de su culto consumían una poción alucinógena en algunos de sus rituales.
Un grupo de investigadores estudió el contenido del recipiente con cabeza de Bes, en la que descubrieron los componentes de la bebida.
Los investigadores encontraron en la mezcla bebidas alcohólicas hechas con frutas fermentadas, en combinación con plantas como la ruda siria o el lirio azul de agua, ambas conocidas por su efecto alucinógeno o inducir a estados similares al sueño, aunque también incluía fluidos corporales.
Al hallarse el contenido de fluidos humanos, los investigadores comprendieron que era una bebida utilizada en rituales, señalando que la adición de la fruta fermentada y la miel era para hacer digerible el líquido.
Es probable que el culto a Bes tomara este elixir con la finalidad de comunicarse con la deidad, o para percibir beneficios por parte de ésta.