La granja Brandiers Farm ubicada al norte de Wiltshire, se convirtió en el epicentro de un interesante descubrimiento, durante las excavaciones de un horno de tejas romano ya que esta localidad, era famosa por sus baldosas de cerámica con estampado.
Una baldosa destaca por una interesante firma de alfarero que pudo haberse hecho para marcar su propiedad, así como también marcar una forma de pago o salario.
La firma es la marca de su dedo y la uña en la imagen de un azulejo, aunque este no sería el único hallazgo de este tipo en el lugar.
Otra de las baldosas está marcada con un mosaico de huella de perro, al principio se pensó que era la huella de un gato por su pequeño tamaño, pero un estudio más detallado identificó que fue un perro.
Se encontró una huella de ciervo en otro mosaico, y huesos de costillas en el horno de yeso.