La diosa del agua Anahita mencionada por primera vez en la religión zoroástrica, tuvo un papel preponderante en el panteón de dioses de la región, y se piensa tuvo un templo en el Kurdistán iraquí, donde se mezclan elementos geopolíticos con los motivos del culto religioso.
Los arqueólogos que trabajan en la fortaleza montañosa conocida como, Rabana Merquly, encontraron una posible conexión entre este antiguo lugar de culto a los reyes antiguos, aunque evidencia de manipulación arquitectónica en una cascada cercana, hace pensar que también sirvió de culto religioso a la diosa Anahita.
En un área del noreste, los investigadores descubrieron una cascada natural donde se observa un pequeña construcción de piedra monumental en su base, que en uno de sus lados posee un altar en el que pudo colocarse fuego, lo que da claras señales de un culto religioso.
Sí bien es cierto, que no puede afirmarse categóricamente por falta de restos arqueológicos, que la cascada sirvió de culto a la diosa Anahita, la verdad es que todos los elementos parecen apuntar a ello, aunque se necesitarán mayores investigaciones.