En la zona arqueológica de Antequera donde se han hallado diferentes monumentos líticos prehistóricos, y donde confluyen dos imponentes formaciones rocosas; el profesor Leonardo García Sanjuán, de la Universidad de Sevilla, afirma haber encontrado una tumba de cinco milenios de antigüedad, en la formación conocida como “Gigante Dormido”.
La tumba es llamada “Piedras Blancas” y fue hallada gracias a la observación del “Gigante Dormido”, en la que pudo observarse un cofre a la altura del “pecho” del gigante, que resultaría ser una tumba utilizada en al menos tres períodos de la prehistórica.
Los investigadores conjeturan que los primeros huesos se colocaron en la tumba sobre una superficie de piedra, que luego de haberse descompuesto serían echados a un área trasera de la tumba, donde los arqueólogos hallaron 40 dientes y 95 huesos humanos.
Posteriormente hacia el 2.500 a.C., se colocaron dos nichos funerarios para colocar los cuerpos de una pareja de alto estatus; pero tiempo después, los arqueólogos hallaron evidencias de bloques que pretendían sellar la entrada, siendo esta incorporación la tercera transformación de la tumba.
En este último período, los investigadores dieron con huesos de dos niños y tres mujeres, concluyendo que la tumba dejaría de utilizarse alrededor del 1.950 al 1.180 a.C.
Una particularidad de esta tumba es su alineación astronómica, el estudio del profesor García Sanjuán, señala el cuidado con el que los primeros constructores eligieron el lugar para erigir la tumba, mostrando a través de varios estudios.
Los estudios y observaciones demostraron que las losas del piso, se alineaban perfectamente con el amanecer del solsticio de verano el 21 de junio, algo que se relaciona con diferentes monumentos megalíticos prehistóricos, alrededor del continente europeo.