La nueva etapa evolutiva del hombre ya está aquí, o eso es ,al menos, lo que afirman Juan Enriquez y su colega Steve Gulans, en su libro “Homo Evolutis”, el nuevo escalafón del desarrollo humano, que superará al Homo Sapiens Sapiens.
Desde aquel Protohumano denominado “Homo Habilis”, que empezó a manipular su entorno, creando herramientas para hacerse la vida más fácil, hasta la aparición del humano moderno, el Homo Sapiens Sapiens u hombre doblemente sabio, han pasado poco más de un millón y medio de años.
Mientras otras especies animales de mamíferos llevan sobre el planeta un tiempo mucho mayor, sin apenas sufrir cambios evolutivos drásticos, el hombre es el animal que más rápido ha evolucionado y lo ha hecho de una forma exponencial, tanto desde el punto de vista cualitativo (comparemos a aquellos rudos homínidos primitivos con nosotros mismos) como cuantitativo (somos sin lugar a dudas la especie dominante más extendida del planeta).
Sin embargo, lejos de haber alcanzado el techo evolutivo como muchos científicos suponían dada la perfección alcanzada por el cuerpo humano, estamos a punto de dar un salto hacia otro tipo de humano, más perfecto si cabe.
No obstante, en esta ocasión no se tratará de una evolución provocada por determinada mutación genética. Estamos hablando de una evolución “autoinducida” por el propio hombre. Una interacción del propio Homo Sapiens con su propio cuerpo. Del mismo modo que nuestro antecesor Homo Habilis, se sirvió de su capacidad de crear herramientas para manipular su entorno, el hombre moderno hará lo propio con la tecnología por él desarrollada, creando una nueva generación de humanos: mitad orgánicos, mitad robóticos, los Cyborg.
Juan Enriquez y Steve Gulans sostienen en su libro, que será la combinación de la genómica, la robótica y otras nuevas disciplinas como la nutrigenómica, las que transformarán al Homo Sapiens Sapiens en una forma más evolucionada de homínido. Ambos científicos afirman que la sustitución de aquellas partes corporales que dejen de ser funcionales, será la norma en un futuro cercano.
Del mismo modo, la nutrigenómica, o lo que es lo mismo, la aplicación de la nutrición a nuestro mapa genético, permitirá ser cada día más sanos, prevenir enfermedades y retrasar la degeneración celular.
Estas afirmaciones parecen materia de ciencia ficción, pero lo cierto es que ya se están desarrollando y aplicándose en estos momentos. Ya existen ojos cibérnéticos, y se está desarrollando tecnología exoesquelética y extremidades artificiales. También existen exámenes nutrigenómicos que nos dicen qué comidas son las más beneficiosas para una persona en concreto, y cuales podían llevarnos, por nuestra disposición genética particular, a desarrollar enfermedades futuras que medren nuestra salud.
En definitiva, el mañana, no está tan lejano como parece, y en la próxima década los seres humanos no estaremos limitados por las taras físicas, siendo cada vez más fuertes, resistentes y longevos y con una calidad de vida superior. Dentro de pocos años seremos una nueva especie, el Homo Evolutis, y lo habremos logrado gracias a la ciencia y nuestro intelecto.