Introducción a la Guerra de las Comunidades de Castilla
Tras la muerte de la reina Isabel la Católica en 1504 y la de Fernando el Católico en 1517, Castilla quedo en manos de su nieto, el rey Carlos I, hijo de Doña Juana de Castilla, conocida como Juana la loca.
Juana fue incapacitada para gobernar por su marido Felipe El Hermoso, y su padre Fernando.
Causas de la rebelión comunera
El rey Carlos I fue criado en Flandes, no dominaba completamente el castellano y a su ascenso, trajo consigo a Castilla la corte flamenca que tomó posesión de los cargos de poder en las cortes castellanas, por lo que la nobleza castellana no vio con buenos ojos este acto.
A esto hay que añadir la subida de impuestos que el rey impuso a las comunidades castellanas en las que por entonces se dividía el reino para tributar.
Los comerciantes estaban inmersos en continuas trifulcas contra los mercaderes por el monopolio de la lana y buscaban en la corte del rey Carlos I un arbitraje para subsanar la perdida por los excesivos impuestos.
En 1520 el rey Carlos I aceptó el titulo de emperador del Sacro Imperio Romano y para costear el viaje a su coronación, recurrió a las Cortes de Castilla.
Ante la negativa de los procuradores castellanos, el rey suspendió las cortes en Santiago de Compostela y las constituyó en La Coruña donde obtuvo el apoyo necesario.
Esto derivó en una serie de revueltas urbanas por parte del pueblo y la burguesía que finalmente incluiría a la nobleza castellana.
Los comuneros vieron en Juana de Castilla la candidata ideal a sustituir al rey Carlos I como rey de Castilla, pero Juana no apoyó la causa comunera.
¿Cómo acabó la rebelión comunera?
Tras un año de rebelión, los lealistas al emperador, en su mayoría alta nobleza y reinos limítrofes castellanos, derrotaron a las tropas comuneras en la batalla de Villalar.
El ejército comunero quedó muy perjudicado y fue perdiendo territorios hasta la rendición definitiva en Toledo en febrero de 1522.
A su regreso a España, el rey Carlos I promulgó el Perdón General a los participantes del movimiento comunero.
Sin embargo, unas 290 personas pertenecientes a diferentes clases sociales entre las que se incluye a María Pacheco fueron excluidas del Perdón General.
Comuneros más destacados
Juan de Padilla
Fue un hidalgo castellano procedente de Toledo, marido de María Pacheco, que regía la ciudad de Toledo tras la muerte de su padre.
Dirigió las tropas comuneras en la batalla de Villalar donde fue ejecutado.
María pacheco
Fue una noble castellana, esposa de Juan de Padilla, asumió el mando de la sublevación de las comunidades de Castilla desde Toledo hasta su rendición.
No recibió el perdón del rey tras la rebelión y se exilió a Portugal.
Juan Bravo
Fue un noble castellano perteneciente a la baja nobleza nacido en Atienza, actual provincia de Guadalajara.
Fue designado regidor y jefe de las milicias de Segovia.
Fue el encargado de parlamentar con la reina Juana para recabar su apoyo que finalmente no consiguió.
Francisco Maldonado
Era un capitán y señor de un pequeño concejo en la provincia de Zamora.
Dirigió la junta en Salamanca junto a su primo Pedro Maldonado.