Sevilla, historia de España en una ciudad

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Una de las ciudades más representativas de toda España es, sin duda alguna, Sevilla. Capital de la región de Andalucía, esta ciudad destaca por encima del resto por haber vivido de primera mano todos los cambios y procesos en la historia de España. Además es uno de los principales puntos turísticos clave del país, con hoteles solo adultos, y la gente no deja de maravillarse ante ella.

Pero, ¿qué consigue hacer de Sevilla un lugar tan especial? En todas sus calles se respira el ambiente de leyendas, cambios históricos y la mezcla de culturas que siempre ha caracterizado a la ciudad. Sevilla está repleta de cosas que contar y la historia del país se entiende mejor allí. Por ello, si tienes la posibilidad de viajar alguna vez a Sevilla, no te pierdas sus curiosidades quedándote en hoteles como el Iberostar.

Desde la cultura tartésica hasta la Exposición Universal de Sevilla de 1992

El primer núcleo de población que residió en Sevilla, durante la Edad de Bronce y del Hierro, fue la tartésica. Considerada para los griegos en etapas antiguas como la primera civilización de Occidente, solo iba a significar el modesto inicio de una ciudad que crece aún en nuestros días.

Tras esta primera cultura y la llegada de visigodos y romanos, Sevilla tuvo un gran apogeo con el reinado de Al-Andalus. En este periodo de la historia Sevilla llegó a ser sede de una cora y después la capital de un reino de taifas, con un crecimiento cultural impresionante gracias en parte a los avances científicos de los musulmanes.

Tras la Reconquista cristiana, Sevilla siguió con su imparable crecimiento y llegó a ser el centro económico del Imperio español justo después del descubrimiento de América en 1492. El Siglo de Oro de las artes y las letras entró en España primero por las puertas de Sevilla, por lo que la ciudad se coronó como el epicentro cultural de la Península Ibérica.

Pasaron los siglos y con ellos el buen hacer de la capital de Andalucía, siendo el siglo XX el momento de su expansión urbanística y su evolución hasta el día de hoy. La Exposición Iberoamericana (1929) y la Exposición Universal de Sevilla (1992) tuvieron mucho que ver con ese mantenimiento del crecimiento de la ciudad.

Así pues, se observa en Sevilla el más claro ejemplo de la historia de España, pues ha vivido – y vive – cada pequeño retazo de evolución del país.

La Exposición Iberoamericana y la construcción de la Plaza de España

Pero más allá de toda esta evolución en la historia de España representada en una sola ciudad, Sevilla, una construcción destaca por encima del resto. Se trata de la Plaza de España, terminada en 1929 por el arquitecto Aníbal González con motivo de la Exposición Iberoamericana. La forma semielíptica, símbolo de unión entre España y sus colonias americanas, está bordeada por el río Guadalquivir, desde donde se iniciaba el viaje al otro lado del Atlántico.

En esta plaza se representan cada una de las provincias de España y un recuerdo de ellas, si bien es cierto que Tenerife no aparece pues en el año de la creación no existía, y Sevilla no es representada ahí sino en cuatro murales de la plaza.

No obstante, la Plaza de España de Sevilla es uno de los símbolos de toda España y además representa toda la historia del país.

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