El líder soviético Iósif Stalin, descartó inicialmente como «desinformación» un mensaje enviado por la inteligencia desde Berlín en 1941 alertando de que la Alemania nazi había completado los preparativos militares para atacar a la URSS, según un artículo escrito por Serguéi Naryshkin, director del Servicio de Inteligencia Extranjera de Rusia.
La carta fue escrita con motivo del 80 aniversario del comienzo de la llamada en Rusia «Gran Guerra Patria» (1941-1945), que costó a la Unión Soviética más de 26 millones de vidas humanas.
El mensaje fue enviado el 16 de junio por Harro Schulze-Boysen, un militar alemán miembro de la resistencia contra Adolf Hitler e integrante de la red de espionaje conocida como La Orquesta Roja o La Capilla Roja.
En este, el espía avisaba de que el régimen nazi había acabado todas las actividades militares de preparación para un ataque contra la URSS y que se podía esperar un asalto en cualquier momento.
El artículo de Naryshkin proporciona una fotocopia del informe de Schulze-Boysen.
El mensaje precisaba que los objetos de los ataques de la aviación alemana serían principalmente la central eléctrica Svir-3 (construida en 1933 y que proveía de electricidad a Leningrado, la actual San Petersburgo) y las fábricas de Moscú que producían repuestos para aviones.
Según el informe, cazas alemanes ya habían sido transferidos a aeródromos de Hungría, mientras que importantes talleres de reparación de aviones alemanes estaban operativos en las entonces ciudades alemanas de Königsberg, Gdansk, Graudenz, Breslavia y Mariemburgo.
El 17 de junio, Stalin llamó a su despacho al jefe de inteligencia extranjera de la URSS, Pável Fitin, y al comisario del pueblo de seguridad del Estado, Vsévolod Merkúlov, para conocer personalmente y en detalle qué tan confiable era la fuente que envió el mensaje.
Durante esa reunión, Fitin avaló la absoluta fiabilidad de Schulze-Boysen. No obstante, después de escuchar atentamente sus explicaciones, Stalin reaccionó de forma tajante: «Desinformación. Pueden irse«.
«Fitin no se esperaba una reacción tan dura del líder, pero parece que entendió bien», escribe Naryshkin.
«Stalin ordenó a la dirección de inteligencia tomar las máximas medidas para verificar la información obtenida y pidió otras pruebas adicionales. Fitin inmediatamente envió una orden de verificación a la ‘rezidentura’ [base de espionaje] de Berlín», añade.
El jefe de inteligencia extranjera de la URSS dio instrucciones para revisar los informes del Schulze-Boysen y también de Arvid Harnack, otro miembro de La Orquesta Roja alemana.
A pesar de que obtuvo sólidas pruebas de la veracidad de estas informaciones, no tuvo tiempo de reportar a Stalin, ya que la guerra ya había dado comienzo.
Asimismo, el 19 de junio de 1941, el agente soviético Willi Lehmann informó a la ‘rezidentura’ en Berlín sobre la orden de Hitler a los empleados de la oficina central de la Policía secreta de la Alemania nazi, la Gestapo, para comenzar las operaciones militares contra la URSS a partir de las 3 de la mañana del 22 de junio.