Una de las más exquisitas obras de arte de la orfebrería italiana es el Árbol de Lucignano, que fue robado a inicios del siglo XX para desarmarlo y venderlo por partes, pero que ahora se han descubiertos varias piezas en una cueva de Arezzo.
El hallazgo se compone de 5 placas que conforman el Árbol Dorado, pergaminos con imágenes de profetas, 16 figuras de santos y un cristal de roca pulido que se utilizó para hacer más grande el área del retrato.
Por ahora se ha dado al Opificio delle Pietre Dure la tarea de reintegrar las piezas, aunque se ha asegurado al público, que la parte más importante del relicario será puesta en exhibición para que lo vea la comunidad.